Noven..¿¡Ya es hora?!

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Suspiro con gozo el aire fresco que desprendía un aroma a flores. Se encontraba del brazo de su esposo caminando por el jardín.
Pese a su negativa inicial, después decidió hacer caso a su mujer,tal vez y tenía razón Rowena y está caminata ayudaba a terminar el sufrimiento que estaba sintiendo su amada esposa.
No se adentrarian mucho a los extensos jardínes,solo por precaución... Así que se conformo con el paseo por el jardín principal y por una de las fuentes,sentándose brevemente para tomar un descanso.
- Aquí fue donde nos conocimos...¿Recuerdas? - pregunto con una sonrisa viendo a su esposo quién igualmente sonrió.
- Como olvidarlo... Quién diría que una ardilla nos unió - dijo riendo junto con ella al recordar la causa del incidente.
- Por cierto,ya no he visto ardillas por la zona.
- No son muy regulares por aquí,no se a que se deba,la última vez que vi una fue cuando iba en el instituto...la que tú viste ese día fue un milagro.
- Vaya...Yo creo es mejor volver a dentro cielo, está enfriando un poco el clima - dijo tomando la mano de su esposo y apoyándose en el para ponerse de pie.
Caminaron despacio hasta la entrada de la casa en donde sus doncellas esperaban por ellos. Si Frederick no la acompañaba eran ellas,pero siempre estaba con alguien para evitar sorpresas o sustos desafortunados.
Una vez en el recibidor le expreso a su esposo su deseo de acostarse un rato,por lo que encaminándose a las escaleras iba a preguntar algo referente a la casa cuando algo le hizo erizar los vellos ..
- C-cielo...- dijo con voz entrecortada al sentir un tibio líquido bajar por sus piernas y mojar el piso de mármol.
Frederick siguió su vista,abriendo los ojos al ver el charco que se empezaba a formar en los pies de su mujer. Hincó una rodilla de inmediato alzando un poco su vestido,notando que efectivamente...Había roto fuente..

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Todo se volvió una locura, Frederick a gritos pidió que llamarán al médico y a la familia,incluido sus padres mientras cargaba a Beatrice hasta su alcoba.
Enseguida las doncellas corrieron para traer toallas,y mandar a poner a calentar el agua.
Cambiaron a Beatrice por un ligero camisón de algodón con tirantes,su escote de cerraba gracias a dos cintas. Era perfecto,lo escogió especialmente para poder amamantar a su bebé. Cubrieron la cama con varias capas de sábanas y la recostaron a espera de la primera contracción.
Aún no sentía dolores fuertes solo pequeñas punzadas que iban y venían,pero tenía que tranquilizarse,sabía que si se ponía nerviosa se complicarían las cosas.
Frederick no estaba por ninguno lado de la habitación,iba a preguntar por el hasta que lo vio entrar corriendo como loco.
- Amor...¿Cómo te sientes? - pregunto con voz ronca y nerviosa acercándose a ella para tomarle la mano.
- Estoy bien cielo,aún no duele...¿Llamaste a la familia?
- Si, también al doctor,Seamus y Henry fueron por el a Londres .
- ¿Seguro que estás respirando bien? Te noto un poco azul querido - dijo sonriendo para distraerlo un poco,cosa que funcionó pues le regaló una sonrisa radiante.
- Claro que sí mi amor,sería una pena que nuestro hijo tuviera un padre fantasma.... No puedo creer que llegó el momento - dijo con voz rota,sintiendo muchas emociones a la vez.
Se fundieron en un íntimo beso,esperando al doctor y a que su bebé decidiera nacer...

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Había pasado una hora desde que fueron los mozos por el doctor, una hora desde que su esposa rompió fuente y veinte minutos de la primera contracción que la hizo apretar su mano y quejarse levemente.
Los nervios lo estaban carcomiendo,no sabía cuánto más tardaría su esposa en aliviarse,solo esperaba que pasará cuando el doctor estuviera aquí.
- Su excelencia,la familia Lennox acaba de arribar - se escuchó la voz de uno de los mayordomos en la entrada de su alcoba.
- Qué suban por favor.
- De inmediato - escucho como la puerta del recibidor de su habitación se cerraba.
Una quejido de su mujer hizo que regresará su atención a ella, encontrándola con los ojos fuertemente cerrados y una mueca de dolor.
Sujeto su mano y asobo su vientre en lo que la contracción pasaba.
- Esa dolió más - dijo agitada cuando un toquido se dejó escuchar.
- Adelante - dijo una vez cerciorandose que su esposa estuviera cubierta ya que no llevaba ropa interior.
La puerta se abrió dejando ver a los patriarcas Lennox entrar apresuradamente hasta su pequeña.
- Mi vida...¿Cómo te sientes? - pregunto la duquesa con voz quebrada,estaba feliz por su futuro nieto,pero ver a su niña sufrir hacia que su alma doliera también.
- Bien madre...apenas están comenzando las contrataciones.
Sus hermanos pasaron con más cautela junto con sus esposas. Rowena había dejado a su pequeño con la nodriza en el piso de abajo,no quería que se alterará con los emociones aquí...
Paso cerca de media hora más cuando los autos del doctor arribaron a la mansión. Para sorpresa de los sirvientes que salieron a recibirlo,bajo con calma tomando un enorme portafolio de cuero café,seguido de tres enfermeras del auto de atrás,cargando igual portafolios gigantes...

Una esposa diferente para el ducado Where stories live. Discover now