❥. CAPÍTULO XXXIII

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Jeongin se sentía mal, decaído, traicionada en realidad. Ya era un hecho, yo no tenía nada de suerte en el amor, y lo había asegurado de eso dos veces.

Tomó la taza con el té que le pasaba Hyunjin y la llevó rápidamente a su boca. El sabor salado de las lágrimas por todo su rostro no era muy agradable de saborear y necesitaba de algo que me diera otro paladar.

Él se paró frente a mí y me miró directamente a los ojos. En otra ocasión ya estaría derritiéndolo por su mirada profunda, pero ahora no, le era inevitable observar una de las cosas que más le habían gustado de él desde un principio porque su cabeza y mente estaban negadas a pensar en otra cosa más que en su fracasada vida.

—¿Me vas a decir qué es lo que te ocurre? —preguntó ronca, pero aun así con dulzura.

Di otro sorbo del té cerrando los ojos con pesar, recordando nuevamente las últimas horas de lo que había acontecido en su vida y suspiró.

—Jongsuk está casado —soltó en un susurro, perdiendo su mirada en el piso de aquel hospital. — Me engañó, fui su amante.

Los siguientes segundos fueron en silencio, largos e incómodos. Quería tener a su lado a esa persona que le hablara, que le susurrara al oído que todo iba a estar bien, pero Hyunjin no lo iba a hacer, no porque no supiera cómo hacerlo, es porque no era exactamente el ideal para consolarlo.

—No me molesta que me haya engañado —dijo dando pasos cortos al regresar a la sala donde los esperaban los demás. — Es el hecho de no aprender nada.

—No puedes predecir el futuro, Jeongin, tienes la vida entera para superar las caídas que sufres.

—Como eres igual a él —susurró sin prestarle atención.

— Hace mucho dejó de importarme lo que dices suyo porque sé que nada lo dices en serio.

—Lo digo en serio —alegó frunciendo el ceño. — Eres igual que Jongsuk y que todos los hombres en el mundo, es mejor estar sol-

—Pronto lo vas a superar, Innie —se acercó y arropó su cuerpo con el suyo, interrumpiéndolo y besando su cabeza. — Eres una de las personas más valientes que conozco.

Hyunjin finalmente lo había hecho, siendo uno más del montón decidió abrazarlo y dedicarse el momento, pero por más que lo intentara, eso no lo llenaba de satisfacción y ser para él una de las personas más valientes que conocía no era un orgullo cuando por dentro estaba destruido.

Llegaron a la sala donde no encontraron a nadie, pero no tardaron en darse cuenta de que era porque Seungmin ya había salido del quirófano y una enfermera les avisó en que habitación se encontraba. Obviamente no pudo evitar sonreír al pensar que conocería a una nueva persona, o personita en ese caso, y era el momento en el que me daba cuenta de que no era tiempo de sufrir, porque había cosas más importantes para disfrutar de la vida.

—Hyunjin abrió con sumo cuidado la puerta encontrándose con su familia reunida alrededor de Seungmin acostado en la cama.

—Changbin —llamó al pelinegro, y fue hacia él y para abrazarlo. — Muchísimas felicidades, sé que serás un gran padre.

—Estoy que muero de los nervios, pero muchas gracias —dijo al botar un suspiro que le hacía justicia a su nerviosismo y le sonrió para luego acercarse a Seungmin para besar su frente mientras escuchaba a Hyunjin dándole consejos a su cuñado.

—¿Dónde estabas? —preguntó Chan en cuanto Jeongin se acercó donde se encontraba con Félix y Jisung e ignoró su pregunta. — ¿Estabas con Hyunjin?

—Y eso no tiene nada de malo —aclaró.

—¿Le contaste sobre lo que pasó con Jongsuk? —preguntó su hermano.

I wanna love you ❃ HyunInWhere stories live. Discover now