Un trato que liberará una lluvia de sentimientos, notas y clichés románticos.
🌈.°•🎸
Hero Garnet tiene tres cosas claras sobre el vocalista de The Scars, la boyband más mencionada, escuchada e hipnotizante de los últimos años.
Primero; no solo tien...
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«Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo»
—Tres metros sobre el cielo, Federico Moccia
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CASPER
Para ser la primera vez que Hero y él se quedaban a solas en su casa, había estado bien.
Casper podía dedicar a ver a Hero caminar por horas de un lado al otro en su habitación, husmear entre sus vinilos, intentar encender el tocadiscos y elegir entre los cientos de opciones de películas DVD que había en el estante oculto junto a la televisión.
—Es imposible que hayas visto todas —había dicho Hero.
Casper lo retó con una ceja enarcada y se levantó de la cama de un salto. Le quitó a Hero el DVD y lo puso en su lugar, después, se sentó en el borde de los cajones que fungían de mesita al centro de la habitación.
—Anda. Di un título y yo te diré la sinopsis —indicó, con un movimiento de la cabeza hacia la estantería y los brazos cruzados a la altura de su pecho—. Es más, di el nombre del director y te diré todas sus películas y sinopsis.
Hero era de esas personas que irradiaban un aura de tranquilidad y templanza, quizá por su rostro con facciones delicadas o debido a que su tono de voz era suave como un arrullo. Pero definitivamente no aparentaba un grado tan alto de competitividad como el que demostró mientras intentaba hacer que Casper se confundiera.
Creyó que serían unas cuantas adivinanzas y luego ambos se darían por vencidos, él solía ser persistente.
«La terquedad no te llevará a ningún lado», solían decirle en las casas de acogida después de haberse metido en una pelea o de haber desaparecido toda la noche para trabajar en el café bar y ganar propinas extra.
Los ebrios dan mejores propinas que un sobrio. Sobre todo, si es de noche y mientras disfrutan su cerveza se está dando un espectáculo ante ellos.
Cuestión de azar del destino o un golpe de suerte, pero su vida ya no era ni la sombra de lo que las cuidadoras del gobierno pintaban para él. Sí, aún tenía que trabajar, pero ya no limpiaba mesas ni rellenaba vasos por unas monedas. Lo que no había sido tan malo, de no haberlo hecho, de no haber sido «terco», no hubiera conseguido lo que tenía en ese momento.
—Me rindo —dijo Casper, con un suspiro al aire.
Habían pasado treinta minutos ya. Hero estaba aún de pie junto a la estantería y Casper terminó tendido con las piernas sobre la cama y la mitad del cuerpo en la alfombra. Veía a Hero de cabeza.
