𝑬𝑮 || "Oh you and me, we'd be a big conversation, and I heard about you, I got some big enemies".
|| El campeón Max Verstappen tiene todo a lo que siempre aspiró: ganar. Coronado campeón en 2021 llega a 2022 listo para conquistarlo todo.
Lo que no...
—chapter eight: everybody scream 'cause she popular—
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11 de abril de 2022.
Melbourne, Australia.
DESPERTÓ SINTIENDO UN PITIDO EN SU CABEZA, se enderezó sintiendo como todo le dio vueltas y observó el lugar en el que se encontraba. Sabía de antemano que esta no era su habitación, era demasiado costosa para ser la suya.
Observó a su lado encontrándose con la nada y el sabor amargo la recorrió.
Sabía que no se había acostado con nadie, era consciente de que había declinado la oferta del piloto odioso y también de Lance Stroll. El último no era para nada su tipo y jamás se metía con algo que no le llamaba la atención.
Así que se encontraba un poco perdida con la situación en la que se encontraba.
El cuarto se veía totalmente ordenado, sin nada que la hiciera darse al menos una idea de la persona que se hospedaba en este.
Se levantó sintiendo el frío del suelo bajo sus pies despabilándola de inmediato, sus ojos buscaron su bolso y lo encontró en la mesita junto a un vaso de agua y pastillas. Pensó en Tyler, pero algo le decía que su mejor amigo no tenía nada que ver en esto.
Tomándose aquella medicina dio media vuelta analizando la habitación, encontró una maleta negra acomodada perfectamente en una orilla del cuarto, pero eso no le decía nada. Todo el mundo podía llevar una maleta negra.
Sin más caminó hacia el baño para hacer sus necesidades encontrándose de lleno con demasiado maquillaje en el baño, se mordió el labio sabiendo que este cuarto pertenecía a una mujer y sintió un alivio recorrerla.
Prendió su celular dándose cuenta de que tenía llamadas perdidas y mensajes de Tyler.
― Luego le contesto ― rezongó mientras empezaba a limpiarse un poco el rostro al tener todo el maquillaje corrido.
Estaba haciéndose un moño cuando escuchó como la puerta era abierta y dos voces que conocía a la perfección entablaban una conversación.
― ¿Crees que siga dormida? ― Tyler preguntó con precaución en caso de ser así, no quería despertarla.
― Supongo que no, no está en la cama ― respondió la dueña del cuarto.
Layla suspiró y abrió la puerta del baño notando como no eran solo dos personas las que estaban en la habitación, sino cuatro y extrañamente se sintió como una niña pequeña cuando notó la mirada de preocupación de las dos personas que habían mantenido una conversación.
Odio esa sensación de inmediato.
― Pero si es la bella durmiente ― murmuró el de lentes observando que su amiga se veía cansada, pero no para tanto teniendo en cuenta los litros de alcohol que consumió. ― Dime ¿te duele mucho la cabeza?
