Estás atrapada conmigo.

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Advertencia: Este libro contiene contenido sensible, incluyendo escenas de violencia y el uso de armas. Se recomienda discreción al leer, especialmente para aquellos que puedan sentirse afectados por estos temas.

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Capitulo dos

—Les estoy diciendo que este tipo estuvo aquí otra vez. —les dije irritada a los oficiales que llegaron apenas llamé.

Desperté en mi cama esta mañana después de lo que ocurrió anoche, con dolor de cabeza, pero aparte de eso me encontraba bien. Sin embargo, estos oficiales aún no me creen.

—Manténganse en calma y déjenme ver si comprendo. Estaba durmiendo, despertó y un señor de casi dos metros con ropa negra, cabello largo y negro, musculoso, estaba justo aquí —señalé el suelo de mi habitación justo donde "eso" se encontraba anoche. El oficial siguió leyendo su pequeña libreta. —Después usted se levantó, salió corriendo, se cayó y el sospechoso la atrapó y la drogó?

—¡Exacto! —el oficial miró a su compañera de reojo con una ceja levantada.

—Lo siento, pero no hemos encontrado nada fuera de lugar o alguna puerta o ventana forzada —dijo la oficial acercándose a mí.

—¡Joder, pues examinen mi sangre! Debe salir qué tipo de sustancias que usó para dormirme —dije ya desesperada. Los oficiales se miraron entre ellos.

—Hablas de las pastillas de dormir que están justo allí en su mesita de noche? —preguntó el oficial señalando hacia mi mesita.

—¿Qué? —miré mi mesita de noche y sí, definitivamente había un frasco de pastillas. El problema es que no son mías.

—Por favor, tiene que ayudarme —dije suplicando.

—Bueno, tenemos el número de un buen psiquiatra —volvió a decir el oficial. Ya me había resignado con ellos.

—Miren, ya está es la tercera vez que nos llama por lo mismo y no hemos encontrado nada. Tal vez sean pesadillas —dijo la oficial con un poco de preocupación y amabilidad en su voz.

—Está bien, gracias por venir... otra vez —les dije y los guié hacia la puerta.

Les cerré la puerta antes de que pudieran decirme algo más. Me sentía atrapada; nadie me creía, ni siquiera Helena cuando le conté. Al principio sí, pero después de ver que los oficiales no encontraron nada fuera de lugar, ella no estaba segura de qué pensar.

Me alisté para ir al trabajo; por suerte, no me tocaba ir a clases hoy. Me sentía molesta y necesitaba calmarme antes de irme, así que decidí escribir una lista de cosas que necesitaba para la casa y para arreglarla lo mejor posible. Eso me ayudaría a distraerme un rato.

Lo primero que puse en la lista fueron un par de cerraduras nuevas y cristales reforzados. Después dudé y pensé en algunas tazas y platos bonitos con cubiertos a juego. Así fui llenando mi lista con cosas, desde pintura para las paredes hasta elementos para el jardín. Aunque "eso" era un problema que no podía solucionar, por el momento no podía mudarme. Me quedé en la casa de Helena durante un mes completo, pensando que "eso" se había ido o había perdido interés después de no encontrarme en mi casa por tanto tiempo, pero no fue así. También compré unas cámaras de seguridad, pero terminaban arruinadas. Al revisar lo que tenía grabado en mi laptop, no parecía ser lo registrado por las cámaras.

Tenía que encontrar una forma de atraparlo, porque esta ahora era mi casa, mi casa perfecta y mi lugar. "Eso" solo me miraba y se quedaba unos diez minutos antes de irse, pero hoy fue la primera vez que intentó robarme algo. Creo que por eso me arriesgué demasiado.

Hay alguien detrás de tiWhere stories live. Discover now