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Por más que trató, Jim solo pudo dormir un par de horas. ¿De verdad todo era su culpa? ¿De verdad solo había empeorado las cosas? ¿Cómo se suponía que lo iba a arreglar?

Clara dormía junto a NoEnrique. No tuvieron mucho tiempo para hablar, pues Clara estaba cansada, pero al menos le había contado lo que estaba haciendo antes de aparecer ahí. Ellos lo estaban buscando, pues se había convertido en Troll y había desaparecido. Él le dijo que todo estaría bien. Que, como podía ver, volvía a ser humano. Al menos en su línea de tiempo.

Al fin había conseguido dormír cuando NoEnrique los levantó a ambos de un grito.

—¡Arriba dormilones! Es hora del desayuno.

Clara empujó a NoEnrique fuera de su cama cuando se levantó, causando la risa de Jim.

—¿Qué hora es? —murmuró Clara.

—¡Hora del desayuno! —volvió a gritar NoEnrique.

Los tres salieron de la pequeña casa y se dirigieron a la Forja del Héroe. Habían pensado en ir a la Torre de Morgana, pero se les hacía muy extraño y algo escalofriante ir a un lugar con ese nombre. Si tenían suerte, no entrarían en ese lugar de nuevo en un tiempo.

Los Trolls que estaban al rededor murmuraba cunado pasaban a su lado o solo se alejaban. Les habían dicho que no causarían problemas, pero ¿cómo estar seguros? Si los suyos habían desaparecido y ellos habían aparecido. ¿Cómo saber que estaban a salvo con ellos ahí?

Apresuraron el paso, pues sabían lo volátiles que podían ser los Trolls si se sentían amenazado y creían que podían vencer esa amenaza. Al entrar al la Forja del Héroe, se aliviaron al ver a Aja entrenar. Los enemigos de piedra se movían en muchas direcciones, y Ajs tenía que bloquear todas ellas. Algunas veces algunos golpes pasabas, dándole buenos golpes.

—¡Hola! —llamó Jim, haciendo que las piedras dejaran de atacar a Aja.

—¿Qué hacen aquí? —preguntó Aja mientras se acercaba a ellos. Su respiración estaba algo agitada, no recordaba cuanto tiempo llevaba ahí.

—¡Aja, Aja! —Krel entró corriendo. Estaba agitado y parecía preocupado. Su preocupación desapareció al ver quienes se encontraban en la habitación— Oh, están aquí.

—¿Nos buscabas? —dudó Clara.

—Varios Trolls dijeron que los vieron deambulando por MercadoTroll. Se veían enojados, así que lo mejor es que no se muestren mucho.

—¿Incluso yo? —la pregunta de NoEnrique sonó a queja.

—No lo sé. Creo que sí te quedas con NoEmma estarás bien.

—Pues me voy —NoEnrique saltó de la espalda de Clara al suelo para empezar a alejarse—. Parece que aquí nadie desayuna.

Los cuatro quedaron en silencio. Era algo incómodo a decir verdad.

—Bueno... Ya me voy —dijo Krel—. Tengo libros de magia que leer. La magia de viajes en el tiempo es complicada.

—Muy bien, Krel —sonrió Aja, y, antes de que pudiera decir otra cosa, Krel salió corriendo del lugar—. ¿Tienen hambre?

Aja guardó su espada e hizo desaparecer su armadura. Comenzó a caminar, siendo seguida por las visitas inesperadas.

—Oye, Aja... —habló Jim—. Creo que ayer comenzamos mal. Quiero que sepas que haré todo lo posible para enmendar esto.

—Que bueno que dices eso —asintió Aja—. Ya espero ver qué clase de Cazatrolles eres.

—¿A dónde vamos? —preguntó Clara.

CambiosWhere stories live. Discover now