Gume, La Tierra Del Reino

Capítulo 1 - Una gata * una niña

Las tardes suelen ser tranquilas, sobre todo si eres introvertido. El tiempo en el que la escuela termina y comienza una tediosa espera. Los minutos transcurren sin cambio alguno. La gata negra se acurrucaba en su regazo y ronroneaba entre caricias. Un suspiro se escapó de sus labios, mientras observaba con tristeza como se quemaban los minutos.

Pronto se cansó la niña de mecerse en el sillón del balcón. La casa se sumía en el sopor de siempre mientras arrastraba los pies por las escaleras. Rayaban las cuatro, cuando un auto se desplazaba por la carretera en dirección al edificio. Espera la muchacha en el umbral cuando se bajan dos personas del vehículo.

Una mujer esbelta, de rostro blando y mirada severa, le revolvió la castaña cabellera a su hija, en tanto su marido simplemente entra sin "perder el tiempo", como suele decir.

- Mamá, ¿me ayudas con la tarea de historia? - pregunta ella suplicante.

- Ahora no, tengo un par de cosas que hacer - contestó secamente.

- Ayer dijiste lo mismo - se quejó

- Es porque también estaba ocupada - dijo, que ya empezaba a perder la paciencia.

- ¿Por qué nunca tienes tiempo?

- Tu madre trabaja mucho, Alix.

Su padrastro no había abierto la boca hasta entonces. Era un hombre alto y gordo, con la voz tosca y solía ser bastante enojón. Estaba tratando de abrir un envase de helado cuando la tapa saltó, incidente con el que perdieron todo interés en la conversación.

- Es inútil - le dijo la niña a la gata - Te dije que no me quieren escuchar.

El animal ronroneaba restregando su cabeza en el vientre de su dueña, como si quisiera compadecerse de ella. Estaban sentadas de vuelta en el sillón.

- Ya sé que mamá se esfuerza mucho - dijo Alix como si la gata le hubiera contestado - Pero la madre de Rosa la ayuda con sus tareas y ella también trabaja.

- ¿No crees q es lo justo, Lady? - añadió levantando suavemente al animal por delante de su nariz.

Sin más remedio se sentó a hacer sus deberes, esfuerzo que no recibiría demasiada recompensa.