01.- 𝖀𝖓𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖈í𝖋𝖎𝖈𝖆 𝖆𝖑 𝖙𝖆𝖈𝖍𝖔

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"ℌ𝔦𝔧𝔬𝔰 𝔡𝔢𝔩 𝔣𝔲𝔱𝔲𝔯𝔬" - 𝔎𝔦𝔶𝔬𝔱𝔞𝔨𝔞 𝔓𝔞𝔭á

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A veces me pregunto, ¿Qué tan mala suerte puedo tener?

Sabes, a lo largo de mi vida, no he gozado de buena suerte. De pequeño fui encerrado en una institución llamada sala blanca, donde fui utilizado como un conejillo de indias para satisfacer lo que unos locos querían llamar "la creación del ser perfecto". Bueno, técnicamente lo lograron; si me comparas con cualquier otro ser, dignamente puedo llegar a ser considerado perfecto. Aunque, si te soy sincero, no es algo de lo cual me sienta orgulloso...

Se me olvidó mencionar que el jefe de esos hombres era mi padre.

Un ser vil e inescrupuloso, con una autoridad y poder en el país que podría hundir compañías enteras a su antojo si así lo quisiese, a veces pienso que le dieron un gran bufeo a su vida. ¿Por qué no podía ser un humano normal, con un trabajo normal? Noooo, tenía que ser un loco obsesionado con poder controlar al mundo con sus herramientas, y para mi mal, su herramienta principal... era yo.

Pero bueno, no nos pongamos tan tristes, logré salir, logré escapar, debido a una buena y grata noticia (siendo su hijo debería decir lo contrario). Si bien tener poder y dinero es una gran arma para poder tener a la sociedad a tus pies, no lo era todo, en un juego, por ejemplo, un clásico sería tener puntos de ataque y también tener puntos de defensa. 

Su poder económico podría compararse con una gran cantidad de puntos de poder en un juego estratégico, donde tener un fuerte ataque se considera la mejor defensa. Sin embargo, como he aprendido de primera mano, la vida no siempre se rige por las mismas reglas. A veces, el mayor desafío para derribar una defensa sólida no proviene de un enemigo externo, sino de fuerzas más insidiosas y devastadoras, como las enfermedades.

Aun si tuvieras todo el poder del mundo, la salud es incluso más importante que todo eso, y es por ello la razón de mi felicidad. A este hombre designado por la sociedad como mi padre, le tocó enfrentar eso: una enfermedad, una enfermedad no hereditaria, porque fue por transmisión sexual. Al parecer, es una nueva enfermedad, muchos científicos han investigado acerca de esto, y le dieron como máximo unos años de vida con la máxima medicación y cuidado posible.

Esto lo ha dejado postrado en una cama, y su amada institución llamada sala blanca, en un hiatus indefinido.

Uff, lo que pasó después de eso, es que muchos funcionarios amigos de mi padre y co-accionarios de la sala blanca vieron que la institución no daba para más. Es por ello que, tomando medidas de emergencia, abandonaron a mi padre. Ahora, solo, con dinero limitado y más cerca de la otra vida que de esta.

Dejó todo a la persona que nunca lo abandonó, su mayordomo, Matsuo.

Este viejito buena gente, sin que lo supiera mi padre, no seguía su ideología, él era una persona bastante humilde que ayudaba a mi padre porque le dio una chance de trabajo. Sin embargo, como buen mayordomo, fue inseparable de mi padre, y se ganó su confianza.

Para mi padre, que sabía que no resistiría, le dejó todo en sus manos antes de morir...

La sala blanca cayó, y con eso todo se fue abajo por un tiempo...

Si bien Matsuo pudo aceptar convertirse en el dueño total de la sala blanca, su pensamiento era distinto al de mi padre. Él, como persona honrada que era, no aceptaba que niños pequeños lucharan a muerte para ser transformados en seres competentes de una sociedad.

Agradezco desde el fondo de mi corazón a Matsuo, fue muy bueno conmigo, me trató como su propio hijo.

Él disolvió y destruyó ese lugar, intentando borrar todos los antecedentes de ese lugar. Bueno, decir que destruyó no es totalmente correcto, fue más bien reconstruido y transformado, el dinero que dejó mi padre no era poco, tenía mucho guardado, este dinero sería destinado a que esta institución, antes basada en sacrilegios y terror, ahora sea un nuevo centro de tecnología donde se crearían inventos que revolucionarían y ayudarían a la sociedad general de Japón, implementando también muchos objetos e inventos para ayudar a las personas más necesitadas... Fue un gran cambio.

"𝑯𝒊𝒋𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒇𝒖𝒕𝒖𝒓𝒐" - 𝑲𝒊𝒚𝒐𝒕𝒂𝒌𝒂 𝑷𝒂𝒑áWhere stories live. Discover now