5. El florecer

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Coiseam observa con sorpresa la lanza de cobre de caballeros que Anson le entrega. Como él no era muy fuerte o alto como Zacharías, solo podía ofrecerle eso para defenderse. Coiseam comprende y lo acepta, tomando seriamente el papel de protectora. Mientras se encaminaban al segundo piso, ella se distraía con la lanza, balanceándola e intentando acostumbrarse a usarla. Personalmente preferiría usar su escopeta, pero después de que Rae le sacara los cartuchos y le pidiese que lo ocultara no había de otra.

Al abrir la puerta del trastero las nubes de polvo se precipitan hacia afuera, y ambos hacen viento con las manos para poder ver bien y evitar que le entrasen por los pulmones. Anson analiza el lugar abandonado.

-Ten cuidado al caminar, puede que todo elemento de madera aquí esté deteriorado – Advierte a Coiseam a medida que avanzan con precaución. Coiseam sujeta firmemente la lanza y presta atención alrededor, poniendo alerta sus sentidos de la caza como si estuviese en un bosque oscuro. Cuando de repente termina estornudando. – Salud ¿Estás bien? –

-Sí, gracias... es por el polvo – Responde Coiseam sobándose la nariz con pena. Anson solo procede a encender una vela que encuentra en la parte derecha de la habitación, dejando que Coiseam revisara esa parte mientras él se ocupaba de la zona izquierda, llevando una vela para poder ver en las penumbras.

Le preocupa que Anson fuese a la zona oscura, pero acepta su decisión y procede a revisar las cajas de su parte, encontrando varios objetos de reemplazo de la casa, pero nada que pareciera dar una pista para salir de ahí. Hasta que encuentra una curiosa caja de madera con un extraño colgante. Cuando lo toma y agita nota por el ruido que hace que hay algo metálico en su interior. Lo ve de un lado al otro, y siente que es lo único interesante que encontró, por lo que quiere ir a mostrárselo a Anson enseguida.

- ¡Hey Anson! – Lo llama buscándolo con la mirada, para descubrirlo justo cayéndose. Se apresura y lo atrapa de espaldas, soltando la caja y la lanza a un lado para tomarlo en brazos y evitando así que se golpeara contra el suelo. Lo sujeta por la espalda y su rostro queda a unos centímetros de él. Cuando Anson abre los ojos lo primero que nota es la mirada llena de preocupación de Coiseam. - ¡¿Estás bien?! ¿Tu pierna...? –

-Eh... sí, tranquila... estoy bien - Responde él con una sonrisa avergonzada por su accidente. Ella lo ayuda a ponerse de pie y él se limpia el polvo de su ropa. Justo alrededor hay algunas sillas destruidas.

-Te he dicho que tengas cuidado con la madera deteriorada y al final he sido yo quien se ha tropezado – Murmura Anson.

- ¡Qué susto! Qué bueno que llegue a tiempo para atraparte... aunque aquí está muy oscuro – Responde ella. Entonces Anson le muestra lo que encontró. Justo delante de ellos había una escalera de madera vertical. Cuando intentan asomar la cabeza para ver qué hay más allá solo hay oscuridad. Anson decide subir a echar un vistazo y Coiseam lo asiste, esperando preocupada alguna noticia, hasta que él le cuenta que parece haber una puerta al exterior. Regresa y le cuenta sobre la puerta, esta parecía estar cerrada, pero del tipo de cerradura normal, y no mágica como las puertas bloqueadas de la casa.

-Quizas podamos encontrar la llave correcta para abrirla... - Anson finaliza pensativo y Coiseam recuerda la caja que encontró. Voltea a buscarla y se la extiende a Anson.

-De hecho, yo encontré esta caja y vine a mostrártela. Parece tener algo adentro ¿Tal vez sea la llave? –

Anson toma la caja y la analiza, dándole vueltas y notando que efectivamente tiene algo dentro. Toma asiento en el suelo, a un lado de la habitación, y Coiseam se sienta a su lado, mirando atentamente a su compañero y aprovechando la luz de la vela. La caja tiene un acertijo con cuatro correderas con bloque deslizante y un dibujo de un hombre, un lobo, una cabra y una col. Anson toquetea los bloques deslizantes y Coiseam observa atentamente. Tras un debido análisis, Anson ya parecía comprender de qué se trataba, y se lo comparte a Coiseam.

Escapando de la casa de los horroresWhere stories live. Discover now