3. El festejo por la unión

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El pasillo estaba silencioso, y también estaría deshabitado de no ser por Rae quien se apoya contra la pared, mirándose los zapatos de manera pensativa. En un momento, siente que algo pasa frente de ella y frunce el ceño para mirar al hombre invisible, quien, con una cara sonriente pintada en su sábana, se posicionaba del lado contrario del pasillo, enfrentándola.

Ella enderezó su postura, manteniendo sus manos detrás de ella, al igual que sus ojos sobre el supuesto "ser humano como ellos".

- ¿Se te ofrece algo? – Pregunta con seriedad.

-Eso debería preguntarle yo, después de todo, estoy cumpliendo con tus deseos – Responde él con esa detestable voz. Rae solo le mira con frialdad.

-Más te vale estar presente en la fiesta y no arruinar nada. Ni siquiera vuelvas a mencionar eso... - Ordena ella con desprecio. -Y ahora vete –Despachándolo con un ademán.

-Como desee mi señora – Contesta él, para más fastidio de la chica, quien termina suspirando pesadamente, con la mirada apesadumbrada en el suelo. Se pasa las manos por la cara sintiendo estrés y ansiedad de repente. Solo esperaba que las cosas salieran bien esta vez.

- ¿Rae? – La nombrada se sobresalta y voltea a ver a Coiseam, quien por fin se asoma desde su habitación. - ¿Estabas hablando con alguien? – Sus ojos intentan ver por el pasillo, pero la otra chica se pone en medio restándole importancia al asunto.

- ¿Ya estás lista? ¡Déjame verte! – Exclama entusiasmada, y la mirada de Coiseam se apena.

-No lo sé, Rae... no creo que sea mi estilo... ¡Ah! –

- ¡No lo podré comprobar si no me muestras! – Insiste ella obligándola a abrir la puerta para entrar a verla. Coiseam luce un vestido elegante que le llega hasta las rodillas, luciendo una falda acampanada con bordeados finos y delicados, de un delicado color canela con detalles más blancos. Además de usar joyerías de bronce con piedras verdes como el pino.

- ¡¿De qué me estás hablando?! ¿Cómo no va a ser tu estilo? ¡Te queda precioso! – Exclama Rae haciéndola dar una vuelta antes de retroceder para seguir admirándola. – Además, de los vestidos que te hice probar, creo que este es el que más se adecúa a ti –

-No lo sé... me siento como una muñequita de porcelana... yo no soy así – Coiseam responde con inseguridad, chocando sus dedos entre sí mientras mira a otra parte apenada. Rae parece reflexionar con su observación, pero solo se acerca a ella para deshacer su peinado, ignorando los pequeños quejidos de la pelirroja mientras le suelta el cabello. Una vez sin sus icónicas trenzas, su cabello cae con hondas y rizos sobre los hombros y un poco más.

-Coiseam, eres preciosa ¡Deberías soltarte el cabello más a menudo! – Exclama Rae con una gran sonrisa, mientras Coiseam se cubre con ambas manos sintiendo que estaba adulando demasiado su apariencia. -Ven, solo falta unos detalles más y estás lista –

- ¿De verdad tengo que ir así? Creo que se burlarán de mí... - Infla sus mofletes y se toma de los brazos mientras Rae le hace sentarse y se posiciona detrás de ella, jugando con su cabello y probando qué tipo de peinado de cabello suelto le quedaría mejor. Ya podía imaginarse los comentarios ácidos de los gemelos específicamente.

-No digas tonterías ¿Cómo pueden burlarse de ti si quedarán atontados al verte? – Responde Rae con humor y Coiseam vuelve a sentirse avergonzada. – Vamos, anímate, todos queremos estar presentables para la fiesta. El que no vayas así te hará ver como una aguafiestas – Y eso la convence un poco más de que no le quedaba de otra.

- ¿Crees que esta fiesta anime a todos? Es lo que más me gustaría... que seamos más unidos para poder trabajar juntos en salir de aquí... -Comenta Coiseam con una mirada perdida en los detalles del espejo de tocador frente a ella. Rae se entretiene con el peinado, añadiéndole adornos para el cabello que van a juego con su conjunto.

Escapando de la casa de los horroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora