𝙎𝙞𝙥𝙣𝙤𝙨𝙞𝙨
★Ha hecho algunas cosas realmente tontas a lo largo de los años, robar a hombres peligrosos para alimentarse, luego unirse a la mafia de dichos hombres peligrosos y luego quedarse en la mafia sabiendo que las alas escondidas debajo...
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A Quackity le toma 54 minutos escabullirse del complejo, terminar la 'lista de tareas pendientes' y volver a entrar. Está sin aliento cuando entra a su habitación mohosa, como si hubiera corrido un maratón (de muy alto riesgo).
Y justo a tiempo también. En el momento en que controla su respiración, su teléfono vibra con el sonido de una llamada entrante.
El pelinegro responde sin siquiera mirar, ya conoce a la persona que llama.
—"Sí, jefe"–
—"Ve a limpiar la sala médica, a Dream no le gusta trabajar en lugares sucios"– ordena Jschlatt con voz entrecortada
—"En eso"–
—"No pierdas el tiempo"–
Después de vivir aquí durante tanto tiempo, Quackity siempre tiene una rutina para cuando sale del complejo sin permiso, y mediante prueba y error ha descubierto que tiene una ventana de 50 a 55 minutos, al mediodía, para hacer lo que quiera antes de Jschlatt. lo convoca para sus tareas diarias.
Ninguno de los otros hombres aquí tiene que pasar por eso, todos son libres de irse cuando quieran. A Jschlatt no le importa lo que hagan en su tiempo libre, siempre y cuando respondan cuando él llame. Había planeado pedir más libertad en un momento dado, cuando Jschlatt estaba de buen humor.
Pero el hombre no ha estado de buen humor desde hace meses, y a Quackity le gustaría mantener los dientes dentro de la boca, así que no se ha atrevido a preguntar.
Esconde las bolsas debajo de algunos trapos y mantas, acomodándolas de manera que parezca un montón de ropa sucia, y nada sospechoso.
Luego corre a buscar los artículos de limpieza y deja la sala de montaje más limpia para este chico Dream. Ya sabes, para compensar la decepción más adelante.
La idea envía un escalofrío inesperado por su columna vertebral. Claro, el miedo todavía está ahí, pero lo ahoga la emoción, un lado travieso que quiere causar problemas. Él está haciendo esto porque quiere. No está obligado a hacer esto, no hay nadie que lo amenace con hacerlo, y no es por supervivencia, en todo caso es todo lo contrario.
No recuerda la última vez que hizo algo porque quería y no porque tenía que hacerlo.
El pájaro en su cabeza canta
Rebaño. Proteger. Amar. Bebé. Nuestro.
Al menos esta vez sus instintos están a bordo. No le gritan ni le exigen que cambie de opinión. La compatibilidad entre lo que quiere y lo que exigen sus instintos le brinda una sensación de alivio que rara vez ha sentido.
