Weon Hinata Weon (Suga's version)

Fuego

Narra Kuroo

La tarde pasó más bien rápido luego de ir a buscar a los del desayuno por robo de ropa interior, algunos se bañaron en la piscina, otros jugaron videojuegos con Kenma y así cada uno se fue por su lado hasta ahora, todos estamos caminando hasta la fogata que organizó el tata Uchiha.

—¿Sabes tocar guitarra?—. Le pregunté a Fukunaga quién llevaba una guitarra en sus manos.

—Sí, mira—. Me respondió y puso sus dos manos en la guitarra.

—La estoy tocando.

Asentí incómodo y suspiré, Lev, quién caminaba con nosotros se cagó de risa.

—Te ríes como aweonao—. So lo molestó y Lev le pegó un wate más fuerte que la chucha.

—Te sebai al tiro weon—. Lev se sobó la cabeza. So le pegó otro tate.

—Por llorón.

Busqué a Kenma con la mirada, iba hablando con Hinata, sonreí al verlo estar con su amigo. Luego, miré a Rayita quién junto a Kiyoko y Kaori traían bolsas con marshmallows y papas fritas.

—¿Por Qué tan pensativo Kurito?—. Daichi puso una mano en mi espalda.

—¿Y usted para dónde va tan arreglado?—. Lo molesté desordenando su pelo.

Se intentó peinar otra vez y reí ya que solo se lo desordenó más.

—Por lo menos no tengo un gallinero en la cabeza—. Se burló y me reí.

—Estaba pensando en la vida weón, me fui en vola—. Admití, el tío Marx había hecho alusión al poco tiempo que le queda y quedé pal pico pensando en cómo valorar más el presente.

—A veces me pasa, sobre todo ahora que vamos a terminar cuarto, pero sabi que, estamos tan bien acompañados que pase lo que pase vamos a estar bien.

—Ahí se nota el porque eres capitán.

—Somos—. Dijo y me dio una palmadita en la espalda.

Llegamos al lugar y todos se sentaron, Kai, Tsukishima y yo prendimos el fuego, Sugawara y Kinoshita entregaron los palitos y los marshmallows.

—Puta que son ricos los malvaviscos—. Tanaka se comió uno.

—Se dice marshmallow, aweonao—. Lev le discutió.

—No empiecen porfa—. Los paré antes de que agarraran más vuelo.

—HOLA MIS NIÑES PRECIOSES—. La voz de una señora adulta gritó mientras corría hacia nosotros.

—Ay no—. Yamaguchi se tapó el rostro.

La señora venía con dos paquetes de chelas en sus brazos y corría como podía, aparte casi se cae tres veces y estábamos todos aguantando la risa.

—Hola—. Volvió a saludar una vez estuvo lo suficientemente cerca como para parar de gritar.

—Hola tía—. Todos saludamos a coro como si fuéramos pendejos de primero básico.

—Para los que no me conocen, soy la tía Magda, la mamá de mi Tadashito bonito—. Apuntó a su hijo y arrugó su nariz, Yamaguchi estaba más rojo que el labial de Taylor.

—También soy la suegra del Tsukki Tsukki mi niño precioso—. Le desordenó el pelo a Kei, no pude evitar reírme.

—Tía ya le he dicho que no—. Tsukishima le pidió un tanto molesto.