Parte 9

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Al grupo, en especial a Kuroo, ya ni le importaba que los de Nekoma los llamaran apenas ingresaran de regreso a la ciudad, dejando en el completo olvido el respeto a la privacidad que les habían prometido antes, y dejando claro que Fukunaga había adquirido alguna habilidad de la que era mejor no profundizar porque podrían volverse como él, así que mejor lo dejaron pasar.

Limitándose a responder una que otra pregunta y prometer reunirse pronto se despidieron de ellos dando por finalizado este viaje, que no resulto nada relajante como esperaban, muy por el contrario, regresaron más cansados y estresados de lo que se fueron, donde fue un verdadero desafío en más de una ocasión, además de la odisea que pasaron al tener que regresar.

Comenzó cuando Tetsurou y Yaku se quedaron hasta tarde conversando, haciendo que a Lev le resultara difícil despertarlos temprano en la mañana como habían acordado, cada vez que uno de ellos abría los ojos los volvían a cerrar de inmediato, dejándole como única salida cargarlos hasta el auto, lo cual ellos no estaban dispuestos a permitir protestando en el camino, además que el alto olvidó la mayoría de las cosas que habían comprado en estos días por lo que tuvieron que hacer más de un viaje entre el auto y la habitación.

Durante todo ese proceso Kenma no solo no era de ninguna ayuda, tan pronto como se despertó se envolvió con las mantas cual oruga de seda en su capullo, sin dar muestra alguna de salir pronto, todavía no lograba asimilar los eventos del día anterior ni entendía de dónde sacó el coraje de mentir y decir que tuvo una relación con Kuro cuando eran estudiantes de Nekoma.

Ya solo quedando él, los otros no estaban de humor para más bromas o intentar cargarlo, llevar sus cosas consumió lo último de su paciencia; las encargadas les llamaron más de una vez la atención por hacer tanto escándalo en los pasillos tan temprano en la mañana y les solicitaron que se retiren de inmediato; se limitaron a decirle que se diera prisa y apenas le dieron tiempo para cambiarse, además del primer turno para conducir.

Tarde recordaron que a Kenma nunca se le debe poner frente al volante fuera de la ciudad, donde se olvida de las normas de tránsito, en especial con su manera particular de abordar las curvas practicando acciones peligrosas de algún videojuego, dejando que los pasajeros teman por su vida.

Tanto así que antes de la primera parada ya se habían disculpado entre ellos, esforzándose por olvidar el mal humor anterior y exigiéndole a Kozume que entregara el volante después de escucharlo murmurar sobre nuevas maniobras que le faltaba practicar, algo que se juraron nunca volver a experimentar.

En esas condiciones, el resto del viaje lo pasaron tranquilamente, o, mejor dicho, lo intentaron, incluso Kuroo evitó hacer cualquier comentario desatinado para no arruinar el buen ambiente que se había formado, suficiente con las preocupaciones que les esperaban.

El trabajo acumulado de los días que se tomaron libres ya estaba haciendo llorar a todos a medida que se acercaban a la ciudad, no es como si los hubiesen ignorado por completo, cada vez que tuvieron tiempo respondían sus mensajes y llenaban sus agendas con todo tipo de reuniones, en especial Lev que tendría que ir a Singapur al día siguiente para una sesión de fotos.

El más contento con este viaje era Morisuke, no porque hubiese peleado con Lev, sino porque mientras el alto estuviera lejos más cómodo se sentía al momento de prepararse para estirar su ano, era un proceso que le avergonzaba demasiado ya que se había resignado y aceptado el consejo de Kenma de usar los productos necesarios para ese fin.

Desde un masajeador de próstata, vibradores, consoladores, lubricantes, potenciadores y todo lo que una tienda sexual pudiera cubrir resultaba novedoso y realmente confuso para él, es decir, claro que había oído de varios de esos productos, pero ver los distintos modelos de un mismo objeto superó por mucho las ideas preconcebidas que tenía sobre los juguetes sexuales.

No Tan EbrioWhere stories live. Discover now