Mi pasado es pisado

BERLÍN.

- Ohhhh, lo siento mucho Dunia. - Me abraza mi amiga en cuanto me ve venir entre la multitud de ese lugar.

Veo a gente recogiendo sus maletas por la cinta de equipaje, otros corriendo para no perder su vuelo y otros pasando por detector de metal. En cuanto yo, estoy parada en el medio del aeropuerto abrazada a mi amiga que me consuela por mis estúpidos errores del pasado.

- Gracias. - Solo eso pudo salir de mi boca.

Un gracias.

Y también le doy gracias a Allah. Por la vida que me ha dado, por ser musulmana, por la nueva vida que voy a empezar aquí. En Berlín.

Lo único que puedo hacer ahora es enfocarme en mis estudios. Después de todo lo que he vivido en España, lo único que puedo hacer por el momento es no recordar lo ocurrido...

- Anda vámonos de aquí. Tienes muchas cosas que hacer y conocer de este país. - Me anima ella. Despegándose de mí. - Willkommen in Deutschland! - Grita ella llamando la atención de todos. Cosa que yo odio; ser el centro de atención.

- ¡Shhh! ¡Amira! No llames la atención. - Le grito en voz baja.

- Sigues igual que hace dos años. Te he extrañado Duni.

- Y también yo Mir.

Así es, ella me ha puesto ese apodo. Y yo la llamo Mir. Pero vosotrXs la podéis llamar... chica Fresa.

Ahora viene la típica pregunta: ¿Fresa? Sí. Ella y yo nos conocemos desde pequeñas y cuando teníamos cuatro años, ella se atragantó comiendo fresas. Por suerte, yo la salvé.

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- Tu padre era un buen hombre. - Dice ella mientras trae una bolsa de palomitas.

Se sienta en el sofá junto a mí.

- Así es. - Suspiro. -- Creo que ya estoy lista para asumir que él ha muerto y que mi madre se ha vuelto a casar. Lo que más me pica es que solo han pasado tres semanas después de su muerte y ella se casa.

- Es su decisión Dunia. - Me dice ella mientras deja la bolsa de palomitas para acariciar mis manos. - Y... estás lista para hablar sobre...

- No. No quiero recordar a ese imbécil y todo lo que me causó. - Digo mientras intento contener mis lágrimas, cosa que no funciona.

- Está bien. Ven aquí. - Me acerca hacia ella para abrazarme. - ¿Sabes lo que te puede ayudar?

- ¿El qué? Le pregunto mientras me despego de ella.

- Buscar un trabajo y abrir un canal de YouTube.

- ¿Un canal de YouTube?

- Así es. Grabar blogs y esas cosas que tú miras siempre en tus redes. ¿No es hora de desconectar?

- Sí. Pero te recuerdo que tenemos que graduarnos este año. Buscaré un trabajo y ya.

- Como tú digas. Anda, levántate. Vamos al centro comercial.

- Déjame arreglarme la cara y el hijab y nos vamos. - Le digo y me dirijo al espejo que está al lado de la TV.

Lo que me gusta de la casa de Amira es que todo el suelo es de madera y la cocina y el salón están conectados.

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- Sujétame esto, ahora voy al baño. - Amira me da unas bolsas de compra.

Si os soy sincera, estoy aburrida. Accedí a venir para no ser un aguafiestas y no herirla. Pero no estoy de humor para venir de compras.

Lo único que hemos estado haciendo hasta ahora es pasear por las tiendas y comprar vestidos, perfumes y más y más maquillaje.

Mientras espero a Amira, recibo una notificación.

Tienes un nuevo mensaje de Instagram - Sale en la barra de notificaciones.

Leo: cariño, cómo te has atrevido a abandonarme. Te vas a arrepentir.

Noto como se me ata un nudo en la garganta que me impide respirar. Como se atreve a enviarme un mensaje después de lo que me ha hecho. ¡Después de dos meses!

Mis pensamientos son interrumpidos cuando noto que se me han caído las bolsas de compra.

Un hombre que aparenta unos veintiún años se choca conmigo sin mirar atrás. Solo me he fijado que es alto y un poco musculoso. Lleva una camiseta negra que le marca los músculos de sus brazos.

En fin. Los detalles no importan. Será otro idiota.

Luego de unos diez minutos, Amira vuelve y le pido que nos vayamos a casa.

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Espero que os haya gustado el primer capítulo. Insha'Allah iré actualizando.

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17/03/2024