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Se arregló en su asiento, cruzando una pierna arriba de la otra, luego de echarle un vistazo por el rabillo del ojo a su nueva secretaria.

Había pospuesto su cita con Nayeon, luego de que surgiera otra junta de negocios para plantear las nuevas ideas del comité en el siguiente proyecto.

Miyeon les sirvió champagne luego de repartir las carpetas con los novedosos diseños.

Observó como la falda de su uniforme gris se ceñía a sus caderas, acentuandóse muy bien a sus curvas. Exhaló hondo. Hacía mucho calor.

Se aflojó la corbata y dirigió su vista a Seulgi, una de sus más grandes socias. También allegada, de sus pocas amigas en la industria.

Al finalizar la reunión la espero como costumbre para ir por un par de tragos.

Seulgi estaba casada con Irene hace ya tres años, una modelo coreana que dominaba la mayoría de las pasarelas en los últimos desfiles.

Seulgi sabía acerca de su matrimonio con su sobrina. Aunque no la conocía personalmente, guardaba su secreto.

-Dos whiskys. -Ordenó Kang luego de tomar asiento en la barra.

Jeongyeon sacó su encendedor, prendiendo su cigarro, luego de una calada tomó asiento.

-Vi como la mirabas.

La peligris levantó la mirada, arqueando una ceja, sin apartar el cigarrillo de sus labios. Guardó el encendedor en el bolsillo de su abrigo. -Tu nueva secretaria, es bastante sexy.

Asintió sin mostrarle relevancia.

Seulgi rió levemente.-No puedes fingir frente a mí.-Jeongyeon frunció el ceño. -Sé que te gusta. He aprendido a conocerte.

-Estoy casada, ¿que parte de eso no entiendes?-Indagó con voz grave, manteniendo la calma en cada una de sus palabras.

-Eso no te libra automáticamente de este tema.-Planteó, bebiendo el fondo de su trago.-Otro, por favor.-Volvió a verla.-No le contaré a nadie.

A sabiendas, opinaba que su matrimonio con su sobrina era una completa locura, aunque no hubiese un lazo sanguíneo entre las dos, no quitaba el hecho de que se trataba de un riesgo demasiado descabellado.

Debía salir al mundo y conocer nuevas mujeres.

Sentar cabeza.

Si la prensa se enteraba iba ser su comidilla por meses.

Y como su socia, eso no le convendría para nada.

No conocía a Im Nayeon, pero la había visto en fotografías, era todavía una jovencita.

Quizás, Jeongyeon sólo tenía fetiches particulares, pero eso no la definía como persona. No estaba arruinada del todo, podía cambiarlo.

Y tal vez algún día, tener un compromiso tan fuerte y seguro como el suyo con Bae.

-No necesito que me guardes la espalda. Sé lo que hago, y definitivamente, no cometeré una estupidez como esa.-Gruñó por lo bajo, observando a Manoban acercarse en su dirección.

-Me parece bien. Quiero ver cuánto te dura..-Agregó con burla, levantándose de su asiento para estrechar a su colega.

-Yo invito la próximas tres rondas.-Declaró Manoban, uniéndose a ambas.

Al día siguiente despertó con una terrible jaqueca, pero nada que un café bien fuerte y una píldora no solucionaran.

Había atendido a varias reuniones alrededor del día, aunque estuvo la mayor parte de la tarde, encerrada en su despacho transfiriendo los diseños de vestidos de baño de la colección de verano de su portafolio a la plataforma digital de su empresa.

ALL MINE. //2YEONOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz