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Nayeon estaba terminando su maquillaje, se había decidido por algo natural, estaba usando uno de los trajes de Jeongyeon.

O bueno más bien había robado de su closet una de sus enormes camisas blancas de oficina y una corbata, vestía una minifalda con unas lindas botas de cuero, el concepto de hoy era..

Su asistente personal.

Su secretaria estaba en París.

Sería su mano derecha en aquella pequeña reunión por esta vez.

—Definitivamente tu y yo tenemos un concepto muy diferente a no querer llamar la atención.—Se escuchó a sus espaldas. Sonrió ladeado, lucía preciosa y le gustaba como había combinado ambas prendas, sus colores acorde a sus tonos y colometria, dándole este aire relajado y liviano, pero a la vez seductor. Jeongyeon depositó un beso en su frente.

Nayeon soltó una pequeña risita, sin inmutarse mucho.—¿Quieres que te haga delineado?—Jeongyeon se sentó a su lado, pero no sé imaginó que la menor se iba levantar para sentarse en su regazo y comenzar a realizarlo, meneando sus caderas lentamente de vez en cuando, como si fuese un pequeño accidente.

A veces sentía que lo hacía con toda su intención.

Respiró hondo.

Por inercia llevando sus manos a su delicada cintura, para detenerla.

Se removió, pero en menos de un descuido Nayeon ya se había puesto de pie, tomando su abrigo del perchero y caminando hacía la puerta.—No tenemos todo el día.

Asintió, tragando en seco.

¿Estaba mal sentirse así?

Cada pequeño contacto, como sí ardiera demasiado.

Su cuerpo reaccionaba en seguida.

Debía estar loca.

Estaba al borde de los 30, es imposible que se sintiera cómo una adolescente hormonal.

Y mucho menos con su sobrina.

Era algo que le carcomía la conciencia y la perseguía incluso al cerrar los ojos.

Debía estar mal de la cabeza.

Aunque siendo sincera, siempre había querido follar con..

Condujo allí.

Ya en el establecimiento había dejado de lado ese pequeño inconveniente, estaba siempre en su rol cuando eran asuntos de trabajo.

Nayeon se encargó de buscar cada documento necesario en la charla, para al final ofrecerles el contrato con los intereses y condiciones de su tía.

Su seriedad y profesionalismo le habían agradado a Jeongyeon, no esperaba menos de su perfecta sobrina.

—Con esto damos por finalizada la reunión, caballeros, fue un placer compartir la noche con ustedes.—Todos en la mesa se pusieron de pie, para un típico estrechamiento de manos para despedirse adecuadamente de sus socios.

Nayeon y Jeongyeon compartieron una mirada después de que se marcharon.

—¿Qué te gustaría hacer ahora?—Murmuró, llevandóse la copa de vino a sus labios y terminando de analizar algunos papeles.

—¿Y si vamos a un buen bar?

Jeongyeon bajó sus lentes de lectura, clavando su vista en ella.—¿Un bar? ¿Acaso tomas?—Cerró su laptop, removiendóse en su lugar luego de llenar algunos datos.

—No, pero sé que tú si, cuando estás estresada, ¿por que no vamos a que te desestreses y bailamos un poco? ¿no te apetece?

—¿Tengo pinta de que estoy estresada?—Hizo una extraña mueca.

ALL MINE. //2YEONWhere stories live. Discover now