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—Sólo ten un poco más de paciencia, ¿si? Reservaré nuestros viajes para mañana..

—¡Pero me mentiste!—Nayeon se quejó de forma infantil.—Dijiste que iríamos a la playa durante el verano, y ahora quieres llevarme a una casa de campo en California... ¿Dónde estrenaré mis bikinis, haciendóme cargo de una granja?

Jeongyeon rió levemente mientras la acercaba por la cintura.—No es una granja, Nayeon.—Levantó su mentón con su índice, para que observara sus orbes oscuros.—Creí que sería buena idea que aprendieras andar en caballo durante las vacaciones y luego iríamos a surfear, cerca de allí hay una playa, no te mentí.

Jeongyeon poseía un sombrero de color negro que la protegía contras los rayos del sol, hacía buen clima y estaban en la piscina trasera de su casa disfrutando la tarde.

Lavada en bloqueador, era obvio porque no quería que esa fuese la principal atracción.

—Pero el clima allí no es muy cálido, llueve la gran parte del año..

Una sonrisa iluminó el rostro de la peligris.—Precisamente por eso.

Clavó un buen golpe en su pecho mientras realizaba un mohín obstinada.—Te odio, debí esperarlo de ti.

—Es cierto, tu culpa.—Nayeon frunció el ceño, acercándose a Jeongyeon amenazadoramente.

Aunque con su bikini le resultaba un poco difícil mantener sus ojos enfocados en la linda expresión enojada de su rostro.

Cuando ya le había rodeado fue demasiado tarde, Nayeon la aventó a la piscina, pero antes de que pudiera escapar, cayeron ambas de espaldas, inundando el ambiente de risas.

Su madre observaba todo desde el balcón.

Siempre había amado lo que tenían ellas juntas.

Pensaba que eran almas gemelas.

Cuando su padre trajo a Jeongyeon a casa, siempre fue alguien muy cerrada y tímida, seria y fría.

Pero cuando llegó su embarazo, y conoció a Nayeon, no pudo hacer otra cosa más que encapricharse con ella, cambió de ser una chica fría y arrogante que casi nunca le dirigía la palabra a alguien muy alegre que siempre buscaba hacer reír a la pequeña Im.

Durante el resto de la tarde Nayeon se encargó de hacer su equipaje para el día siguiente, mientras que Jeongyeon se internaba en su habitación a solucionar algunos asuntos de trabajo, según dijo.

Puede que sean sólo pensamientos intrusivos, suele ser muy común, no es necesario asimilarlo a algún trastorno todavía, a menudo podemos tener estos, con ideas un tanto insanas, pero eso no nos hace malas personas.—Explicó su terapeuta al otro lado de la línea.

—No creo que este bien. En lo absoluto, debería parar de sentirme así, ella sólo es..

—No te juzgues, no has hecho nada malo, por el contrario, has buscado una solución antes de dejarte llevar por cualquier impulso que dicta tu mente.

Voy a casarme, no creo que este bien pensar ese tipo de cosas, y-yo..

Acabó la sesión, sólo te haré una última sugerencia, intenta mantenerte distraída, no le des vueltas al tema, sólo puedes controlar las cosas fuera de tu mente, dejarás de sentirte así cuando dejes de brindarle tanta importancia, sólo es una etapa, siempre la has visto como tu sobrina, lo has dejado claro, así que no debes preocuparte. Algunas fantasías pueden tornarse oscuras pero si trabajas en ello, puedes deshacerte de ellas, intenta entrar en intimidad con tu prometida, te ayudará.

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