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Sólo había bulla.

No podía callar su conciencia.

Se habían besado.

Finalmente.

No iba mentir, había creado miles de escenarios así en su mente, pero ninguno se asemejaba a lo incomparable que había sido aquel momento.

Sus labios.

Suaves y húmedos.

Como una sed incansable.

Ella no llegó a dormir.

Y aunque había soñado incontables veces con ese momento, desearía retroceder el tiempo y evitarlo, si eso haría que las cosas fuesen distintas ahora mismo.

Se había trazado una inmensa brecha entre ambas y ahora no sabía cuando volverían a ser las mismas.

Nayeon alistó sus maletas luego de preparar su desayuno, anoche había reservado un vuelo, directo a casa.

Y durante el vuelo ni siquiera pudo recuperar el sueño que había perdido el día anterior, así que lucía espantosa con unas ojeras terribles, y los ojos un poco hinchados.

Pero había robado algo de ropa de su tía, lucía unos enormes pantalones olgados y una de sus camisas de manga larga, con una gorra que tapaba por suerte en parte su rostro y unos lentes de sol.

Cuando regresó a Seúl, sus papás estaban impactados por su llegada, ya que no esperaban tan pero tan pronto su regreso y mucho menos; sin compañía alguna, pero pronto dieron por entendido algunas cosas y evitaron realizar preguntas.

A las cuáles ni contestaría.

A fin de cuentas, Nayeon todavía era una adolescente, necesitaba su espacio para liberarse, y su madre era muy comprensiva, su padre, digamos que.. era complicado.

Pero no imaginaron que darle su tiempo sería; saliendo de fiesta los siguientes días y llegando fatalmente borracha a casa a altas horas de la madrugada.

Algo había sucedido en aquel viaje.

Su madre estaba segura y era su deber interferir por el bienestar de su hija

No le agradaba su nuevo estilo de vida.

Irresponsable y desenfrenado, ya ni siquiera le importaba hacerse cargo de la empresa de su padre.

Ni levantarle la voz durante la cena o sus malos modales.

Su madre, amaba a su hermana, aunque Jeongyeon no fuese su hermana genéticamente hablando, la adoraba pero..

Estaba preocupada porque ésta ni siquiera tuviese el valor de levantar el teléfono cada vez que la llamaba.

La peligris, por otro lado, seguía en el lugar que había alquilado para ambas, había decidido seguir con sus vacaciones, ya que no se sentía lo suficientemente estable para regresar al trabajo.

Se había quedado con Taeyeon en la mansión.

Planeaba quedarse allí, pero la azabache tenía un evento en Seúl y le había pedido que la acompañase, ya que sería un evento público en el cuál podrían finalmente dar a saber a la prensa que estaban comprometidas y exponer su relación abiertamente.

A Jeongyeon no le importaba en lo absoluto, también había sido invitada pero había cedido más bien para evitarse algún dolor de cabeza por su parte.

Sabía lo dramática que podría llegar a ser a veces.

-¿Crees que por fin pueda conocer a tu sobrina?-Mencionó Taeyeon en lo que sacaba las maletas del auto, con ayuda de sus guardaespaldas.

ALL MINE. //2YEONWhere stories live. Discover now