¿Y si los dueños de las posadas no hubieran echado a Wei Ying?
Una sola acción cambio el destino de Wei Wuxian.
Pertenecer, Wei Wuxian encontró un lugar al que pertenece. No fue maltratado, fue amado y cuidado.
Fue criado lejos del mundo del cult...
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Si había algo de lo que estaba seguro era que algo pasaba.
A Wei Wuxian no le importaba la guerra, en realidad, no lo hacia. La razón era simple, no tenia nada que ver con ellos y mientras no tocaran a su familia y secta todo estaba tranquilo.
Su secta esta lo suficientemente alejada del mundo del cultivo. Su pueblo incluso lo esta y mientras la guerra no los afectara Wei Wuxian no tenia porque entrometerse en ese tipo de asuntos.
Lo que lo desconcertaba es ver a su madre tan preocupada al escuchar lo que su hermana mayor tenia que decir.
Wei Wuxian solo se sentó alado de su hermana menor, quien no dudo en recostarse en su hombro.
Li Qiang y Meng Yao eran atendidos por Madam Zhou, mientras tanto Wang Jian sostenía la mano de su hijo.
—Da-ge.
Wei Wuxian la miro— ¿Qué pasa A-Fei?
—¿Da-ge estamos en peligro?
—No, claro que no. No pienses eso MeiMei, estamos a salvo.
Luego de calmar a su hermana, se levanto y camino hasta sus padres y tío.
—Supongo que ustedes tienen algo que decirme, no han dejado de mirarme desde que JieJie menciono lo que la secta Wen esta haciendo.
—Lo hablaremos en otro momento—Li Xiu abrazo a su hijo.
Una vez que Li Qiang se sintiera un poco más fuerte, pese a todos los reclamos salió de la habitación, no quería quedarse quieta y menos sabiendo que su hermano menor había vuelto a enfermar.
Toda la familia Li había seguido a la hija mayor.
Al entrar a la habitación Li Shang se preocupo al ver a su hermana pálida, preguntándole que había pasado, pero todo lo que recibió fue un abrazo y una disculpa por no haberlo podido ayudar. Luego de eso llegaron los regaños que eran costumbres.
—No es mi culpa—Li Shang se defendió.
—Lo es, porque sabes que si te sienten mal debes detenerte—Li Qiang lo miro molesta.
—Tu hermana tiene razón Li Shang, no puedes sobre esforzarte niño. —Li Feng se sentó alado de su hijo.
—Lo mejor será que interrumpas tu entrenamiento, puedes ir a la posada—Li Xiu miro a su hijo menor preocupada.
—No, no por favor, tengo que seguir entrenando para ser de ayuda para da-ge.
—No lo serás si no te cuidas A-Shang—Li Fei lo miro preocupada.
