¿Y si los dueños de las posadas no hubieran echado a Wei Ying?
Una sola acción cambio el destino de Wei Wuxian.
Pertenecer, Wei Wuxian encontró un lugar al que pertenece. No fue maltratado, fue amado y cuidado.
Fue criado lejos del mundo del cult...
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Caminando por los pasillos Li Feng encontró a Wei Ying sentado junto a la espada de madera que le regalo. Sin pensarlo se sentó a su lado.
—A-Ying.
Wei Ying lo miro lo abrazo. —A-Die, te extrañe mucho.
—Y yo a ti. ¿Cómo te sientes al saber que tienes más familia? —Pregunto cuando se separaron.
—Bien, mamá siempre hablaba del tío Yanling cuando vivía. Una vez dijo que cuando tuviera la edad, podría cultivarme y que él me enseñaría.
Li Feng toco el rostro de su hijo. —¿A-Ying, que pasaría si yo no quisiera que fueras un cultivador?
—¿Por qué no lo querrías?
Li Feng solo se encogió de brazos. —No lo sé, es solo curiosidad. ¿Desertarías de ser un cultivador o lo serias?
Wei Ying lo pensó un poco y le sonrió a su padre. —Seria un cultivador.
—¿Por qué?
—De esa manera podre cuidar de A-Niang, mis hermanos y de ti. Si algo malo pasa quiero ser capaz de cuidarlos. Además, eso me haría sentir cerca de mis otros papás.
Li Feng asintió con una sonrisa y le dio un beso. —Gracias por querernos A-Ying.
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Esa misma tarde la conversación se retomo.
—¿En serio estaría dispuesto a convertir esto en una secta, solo por Wei Ying? —Pregunto Li Feng.
—Mataría a Wen RuoHan si eso significaría tener a salvo a Wei Ying.
Li Feng asintió. —Amo a Wei Ying, sé que no le hare un bien al alejarlo de la cultivación, sobre todo cuando es lo que más lo une a sus padres—Sorbio su nariz y sus lágrimas amenazaron en salir. —Voy a confiar en usted, pero si intenta si quiera hacerle a mi niño, no me importa que usted sea un cultivador y yo un simple campesino, no voy a dudar en matarlo si siento que es una amenaza a mi familia.
