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Eran las ocho y treinta de la mañana, el camión ya estaba cargado con todo lo que tenían que llevar, tampoco es como que tuvieran muchas cosas, unos cuantos muebles, juguetes y ropas.

El doncel suelta un profundo suspiro, no sabía si era la mejor decisión, pero su corazón anhelaba tranquilidad y felicidad para él y su pequeña, sabía que ir a la ciudad de Seúl sería un gran desafío, pero lo intentaría, por su bebé.

-¿Api, tliste? - pregunta la niña, al ver a su papi llorando.

-No, mi amor... papi esta feliz - miente, limpiando sus lágrimas no podía explicarle a su bebé sus sentimientos.

-Llola- insiste nuevamente con inocencia.

Jimin la mira con una gran sonrisa - Bebé, también se puede llorar de felicidad- explica arrullándola en sus brazos.

-Papi Feliz- exclama bostezando, había sido despertada muy temprano por su papi que poco a poco iba quedando nuevamente dormida.

El doncel estaba agradecido que su bebé aún fuera muy pequeña, con la inocencia que tenía sería más sencillo para él llevarla sin ningún problema, la pequeña Minki, aún no tenía conocimiento de lo duro que es la vida, el sacrificio que estaba haciendo su padre y mucho menos sabía de todo el dolor que su padre tuvo que aguantar por ella.

Jimin jamás culparía a su bebé de nada, él la amaba más que nada en la vida, aprendió a ser fuerte por ella, Minki en la razón la que no se perdió en un profundo pozo de depresión y soledad.

La vida no había sido buena con él, se había enamorado del hombre equivocado, había entregado tres años de su vida a quién no lo merecía, el dicho que decía "Nunca terminas de conocer a una persona" era la cruda realidad que vivió entre insultos y golpes, lo único que siempre le va a agradecer al infeliz es la vida de su bebé.

-¡Jimin!- grita Hyuna al ver al doncel sentado en la acera con su niña en brazos. El doncel lo mira sorprendido y contento, no esperó que la mujer lo vendría a despedir después de la plática de noche.

-Noona - exclama, empezando a llorar nuevamente se sentia muy conmovido Hyuna era la única familia que tenía.

-No llores cariño- pide, mientras lo abraza fuertemente- No iba a dejar que te vayas sin despedirme- afirma con lágrimas en los ojos.

- Y-yo-yo- el llanto le impide formular palabras, sentía tanto que no sabía como expresarse.

-Tranquilo cariño, yo estuve pensando mucho en la noche y te entiendo mi niño, no te preocupes por esta vieja mujer, ve y busca tu destino, pero recuerda que pase lo que pase, siempre tendrás una madre que va a estar esperándote - fue inevitable también para la mujer llorar.

Aun con lágrimas en los ojos - Gracias mamá - exclama, era la primera vez que la llamaba así, la mujer se queda perpleja y nuevamente lo envuelve en sus brazos.

-Te traje un regalo de despedida y no acepto que me lo devuelvas-comenta entregándole una caja.

Lo toma y observa lo que tiene, habré los ojos sorprendidos, dentro tenía un celular nuevo muy bonito -No puedo aceptar esto-exclama con vergüenza extendiéndole nuevamente la caja.

-Te dije que no hay devolución -acota con seguridad.

-Pero, esto es demasiado, yo tengo mi teléfono- insiste nuevamente.

-El que tienes ahora, está todo roto, no podré hacerte videollamadas para ver a mi nieta- asegura, y era verdad el teléfono que tenía el doncel era muy viejo, ya apena seguía funcionando.

-No quiero más escuchar un no Park Jimin - ordena con el ceño fruncido.

Jimin suspira y lo guarda -Gracias - acota tímido.

Minki seguía durmiendo en los brazos de su papi, ajena a todo lo que estaba sucediendo con su papi y su abuela. Jimin la intenta despertar, pero Hyuna lo detiene.

-No quiero que lloré - expresa triste. Jimin asiente entendible, él tampoco quería ver a su bebé llorar, pero quería que se despidiera de su abuela.

Era mejor evitarle ese momento de tristeza y preguntas.

-Es momento de partir - comenta el chófer acercándose para avisarle.

Jimin se despide de Hyuna con la promesa de llamarla cuando llegue a Seúl, de mostrarle la casa y sobre todo a su niña.

Durante todo el camino la bebé permaneció dormida, lo cual tranquilizaba un poco a Jimin, pero estaba al borde de los nervios, el asesor de ventas que le vendió la casa, solo le dio una llave y la dirección, también el contrato firmado.

Tenían una sensación de que algo no estaba bien y no sabía por qué, no quería darle importancia y solamente se pasó cantándole a su bebé eso le ayudaba a calmarse.

Después de cinco horas de camino por fin habían llegado a la ciudad de Seúl, a la residencia donde encontraba su ahora casa, Jimin estaba nervioso y feliz, ya estaba en su hogar.

Se dispone a bajarse del camión con una Minki que ya estaba despierta, observando a su alrededor asombrada, cada pequeña cosa era una gran asaña para su mente.

Jimin va directo a la casa, busca entre su bolso la llave que se le había dado, cuando habré suspira tranquilo, la llave coincidía perfectamente, se dispone a estudiar la casa con Minki, tiene tres habitaciones con baño, la cocina, la sala y un enorme jardín trasero lleno de distintas flores, se veía mucho mejor que en las fotos.

Minki queda muy feliz con el jardín, es hermoso antes sus ojos, Jimin pensaba igual, aunque le parecía extraño, lo muy bien cuidado que estaba, deja a Minki en el jardín jugando mientras va a despedir a las personas del camión.

Se pone a revisar las habitaciones, había una totalmente vacía y las otras dos estaban con llave, era raro para él, después llamaría al asesor para que le entregase las demás llaves, pero lo que mas le sorprendía era que la casa estaba bien amueblada y la cocina equipada con muchos alimentos, hasta parecía que había personas viviendo ahí.

¿Eso no podía ser cierto?... pensaba el doncel y nuevamente la incertidumbre lo volvió a invadir, estaría limpiado para ubicar sus muebles y cosas para distraerse.

Eran las seis de la tarde, cuando terminó, iba ir por su bebé para tomar un baño y descansar, pero el sonido de la puerta abriéndose lo asustó.

Un hombre Alto, con la piel sumamente blanca y una mirada oscura, se adentra directamente a la casa dejando al doncel sorprendido y asustado.

-¿Quién es usted?-inquiere el asustado - ¿Cómo entró en mi casa?- pregunta en shock.

-¿Tu casa?- consulta con dureza el hombre, frunciendo el ceño.

Nos leemos luego mis Bolitas!!

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Nos leemos luego mis Bolitas!!

~Warm~(YM)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz