01.

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01; Fumigación.

Llevaba tantos días encerrada dentro de esta habitación que comenzaba a enloquecerme de verdad.

Mis globos oculares sufrían al estar tantas horas expuestos a esta habitación tan enceguecedoramente blanca, parecida a la luna llena en una noche álgida y despejada…

Ah, ya no soportaba tanta claridad.

Necesitaba con una urgencia casi desesperada saber sobre Jungkook, enterarme si por fin se había alejado de esa perra que no lo merece. Sin embargo, aquí dentro me tienen prohibido utilizar cualquier tipo de dispositivo que me permitiese interactuar con el exterior, o recibir alguna información de este.

Lo bueno era que en los pocos minutos que me dan para el almuerzo, me llevan con los otros internos del psiquiátrico. Allí fue cuando conocí a Daisy, ella es fan mía, siguió todo mi caso por las noticias y distintos artículos que leía por internet cuando alguna enfermera se distraía y llegaba a arrebatarle su teléfono celular. Por lo que puedo asegurar que Daisy sería una excelente ladrona, pues inteligencia e ingenio le sobran, pero su esquizofrenia en ocasiones la lleva obrar de modos en los que no lo haría estando en sí.

[…]

El día de hoy el sol resplandecía, la primavera estaba en su auge, así que decidieron que todos pasaríamos la tarde en el patio trasero, ya que debían fumigar el psiquiátrico, que se había infectado “misteriosamente” de cientos de miles de cucarachas, todas cortesía de Daisy, pero eso era algo que solo yo sabía...

—Aquí lo tienes —me mostró un libro de tapa azul oscuro que traía en una de sus manos—. Si te sientas detrás del árbol con este libro abierto y el móvil en el centro nadie te descubrirá, Ju —Daisy sonrió en grande, entregándome el libro con el teléfono infiltrado en su interior.

—¿Cuánto tiempo tengo? —levanté la cabeza para verla con el ceño fruncido, los rayos solares eran un verdadero fastidio, o quizá era solo yo que ya estaba harta de tanta claridad. ¿Quién sabe?

—Treinta minutos. Es lo que se tardan en contar que todos los pacientes del ala B se encuentren ya aquí —explicó sin mirarme, manteniéndose alerta de todos los movimientos que los enfermeros, enfermeras y doctores hacían.

—Será tiempo más que suficiente —bajé la mirada a la pantalla táctil, iniciando sesión en Fivegram. Veamos que estuvo haciendo esta maldita furcia —murmuré a regañadientes con rabia. La había seguido desde una cuenta falsa cuando apenas me estaba aliando con Jackson, ya que era una buena forma de “seguir sus pasos”.

En su perfil no había demasiado, sin embargo, una fotografía llamó mi atención:

En su perfil no había demasiado, sin embargo, una fotografía llamó mi atención:

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»𝑬𝒎𝒊𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 ³ 𝒆𝒕𝒆𝒓𝒏𝒂𝒍 ⚜️Where stories live. Discover now