Hermano

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- ¡Yo no quiero otro hermano! - se quejaba un pequeño y furioso pelirrosa.

- Lo que no quieres es dejar de ser el menor porque dejarán de cumplir tus caprichos - le contestó su hermano pelinegro malhumorado.

Los dos pequeños alfas, de 5 y 6 años, esperaban afuera de la habitación de su madre, quién acababa de llegar del hospital después de una ardua labor de parto que casi le cuesta la vida. Los cachorros estaban preocupados y ansiosos de ver a mamá, y su casta no hacía más que aumentar la necesidad de estar cerca de ella para protegerla.

En medio de su ruidosa discusión, la puerta se abrió mostrando la figura del padre, un alfa de cabello rosa y con semblante serio. Su presencia se impuso frente a sus hijos, quienes callaron de inmediato. Una vez que los vio quietos, el padre sonrió amablemente y les dijo:

- ¿Listos para conocer a su hermanito?

Un ¡Sí! y un ¡No! se mezclaron al unísono, lo que hizo al padre soltar una carcajada. Abrió la puerta por completo y los dos cachorros corrieron hacia la cama donde se encontraba su madre, quién cargaba al nuevo miembro de la familia Itadori. Los recibió con una gran sonrisa y descubrió poco a poco al bebé pelirrosa para que pueda ser visto por sus hermanos mayores. Los cachorros observaron con curiosidad Y ambos esbozaron una gran sonrisa.

- ¿Puedo cargarlo? - preguntó el mayor.

- ¡No, yo seré quien lo cargue primero! - exclamó el segundo.

- Sukuna - dijo la madre con suavidad - Choso es tu hermano mayor, deja que él lo cargue primero - al ver que el pelirrosa hizo un puchero de disgusto, le dijo - Tú lo cargarás después y podrás hacerle todos los mimos que quieras, ¿Okey?

Entonces la madre entregó con cuidado al bebé a los brazos de su hermano mayor, éste lo miró con ternura y sintió una suave calidez en el pecho. Un leve aroma se hizo presente, por lo que el pequeño acercó su naricita al bebé.

- ¡El bebé huele a flores! - exclamó Choso, y Sukuna se acercó a olfatear con curiosidad.

- ¡Es cierto! ... ¡Ahhh! Es tan suavecito, y su cabello es rosa, como el mío - dijo con orgullo - Cuando crezca se va a parecer a mí.

Los cachorros estaban tan felices y no paraban de hacerle mimos a su adorado hermanito menor, quién respondía apretándole los dedos con su manita, o sonriendo levemente aún con los ojitos cerrados. Sukuna entonces, reclamó que ya era su turno de cargar al bebé. Choso, como buen hermano mayor, no se lo negó. Pero antes de entregarlo, se acercó al oído del bebé y le dijo:

- Pequeño Yuuji, soy tu hermano mayor, y te prometo que cuidaré de tí y que haré todo lo que esté a mi alcance para que nunca se pierda tu bonita sonrisa.

- Yo también cuidaré de tí - dijo Sukuna mientras recibía a su hermanito en sus brazos - Y aquel que se atreva a hacerte daño se las verá conmigo.

Choso sonrió y sacudió los cabellos del segundo, para luego dejar un tierno beso en la frente del bebé.

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- ¿Esencia prematura? - preguntó Satoru, confundido - ¿A qué te refieres con eso?

- Tanto Yuuji, como Sukuna y yo, tenemos ese padecimiento - dijo Choso sin dejar de mirar el volante del auto - Antes le decían "Pre-presentación", pero descartaron ese término debido a que solo implica a las feromonas.

- Discúlpame, pero jamás he oído sobre eso.

- Tal vez porque es muy poco común. Seguro ya sabes, que los cachorros no nacen con una casta o esencia específica, sino que la desarrollan a partir de su presentación. Sin embargo, Yuuji nació con una casta definida, él es Omega desde su nacimiento, al igual que Sukuna y yo nacimos alfas. Liberamos feromonas desde que somos cachorros y no tenemos control sobre ello. Bueno, al menos Yuuji aún no lo tiene...

Aromas del Destino: "Flores y Bosque"Where stories live. Discover now