Bebí de la pajita un poco de mi batido esperando como acosadora a que hiciera acto de presencia la tierna carita de mi amor platónico con lentes.Tan adorable.Chaeryeong andaba entretenida en su celular y no me prestaba atención por lo que no me podría detener está vez, la cuarenta y seis era la vencida, lo sé.Entonces fue cuando a paso relajado y con libros en sus manos iluminó (para mí) todo el comedor así fuese demasiado cegador para cada alma mortal.Mis ojos brillaron y sonreí en grande, parecía loca de verdad sin ir muy lejos.

— ¡Te untaría el cuerpo de nocilla y te comería a bocados, bollito!-Grité sin vergüenza recibiendo una mirada sonrojada de su parte como si mi comentario hubiera sido tan excesivo.Y como me siguió mirando aún cuando no decía más nada, le tiré un beso con aún más descaro.Ahí fue cuando no soportó más, y tímido como de costumbre, se fue a agarrar su merienda.

— Tienes que parar, Hye, el pobre morirá de una taquicardia.-Me regañó Chae mirándome mal mientras yo andaba bien feliz, mirándolo a él con una sonrisa enamorada.- ¿Sabes?, puedes ir simplemente y hablarle.

La mire como si hubiera cometido un crimen.-¿Estás loca?, eso es muy extremo.

— Extremo es insinuartele a cada rato a los cuatro vientos.

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Coqueteos // SeungminWhere stories live. Discover now