Capítulo II

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P.o.v Lu Ten

No se había levantado de la silla, ni si quiera cuando podía escuchar a Kanjii roncar levemente.

Por alguna razón se sentía aún afectado por lo ocurrido.

No es que culpara a Kanjii, ella no lo había hecho a propósito, era una mujer seria...

Además de hermosa....

Era verdad lo que decían de las chicas del Reino Tierra, sobre todo de donde ella venía, hasta lo mencionaban en su canción, recordaba incluso que lo bromeó con su padre.

Con esto regreso su ceño fruncido y la principal preocupación que por un momento había dejado de lado con todo el asunto de Kanjii.

Necesitaba recaudar información para antes que terminara la semana y no tenía literalmente nada. Sus hombres al parecer tampoco habían hecho muchos avances, aún que no los culpaba, la gente no deseaba hablar de la guerra y eso dificultaba la tarea que les fue encomendada.

Le frustraba, no quería fallarle a su padre.

Era algo que no podía ni imaginar, no, no se rendiría,  necesitaba algo que les ayudara a hacerse paso hacia las Murallas de Ba Sing Se

Se masajeo las sienes.

¿Pero de dónde podría....?

Escucho de nuevo a Kanjii y la adrenalina se esfumó, decidió que lo mejor era intentar descansar, no le servía de nada estarse martirizando si no podía hilar un plan en concreto, dormir era la mejor opción en estos momentos, le ayudaría a despejar su mente y estar en calma. Se levantó de la silla sin hacer mucho ruido, apagó las lámparas y  sin siquiera pensarlo, sus pies lo llevaron a su habitación, aún que sabia que la cama estaba ocupada por alguien más.

Ahí estaba Kanjii, quien dormía profundamente, su cabello estaba esparcido por toda la almohada, ahora sabia que tenía el cabello largo, la expresión de su rostro era sereno, sus labios estaban ligeramente entreabiertos, su pecho subía y bajaba suavemente con sus respiraciones. Entonces  su corazón se aceleró al notar que el tirante de su blusa estaba otra vez caído, teniendo la vista de su seno desnudo.

—Demonios...— farfullo negando la cabeza mientras sus mejillas se sonrojaban con violencia.

Era una imagen que expresaba la belleza femenina en su máximo esplendor y si quería evitar hacer algo estupido que no era digno de un príncipe, lo mejor que podía hacer era calmarse y dejarla descansar. Aún cuando ella fuera del Reino enemigo,  no haría algo tan bestial como aprovecharse de ella mientras dormía, aún tenía honor y dignidad.

Sin embargo, una vez que se instalo en el largo sofá, no pudo dormir pensando en lo mucho que la deseaba en ese momento, y eso lo aterraba, nunca había sentido una emoción tan intensa por una mujer, aún que había tenido una relación antes y antes que eso uno que otro beso de las chicas que le gustaban en su adolescencia nunca le habían hecho despertar este lado voraz.

—Malditas hormonas...– siguió mascullando mientras apretaba las sábanas alrededor de si mismo en un intento de dormirse, intento pensar en otra cosa, en su hogar, su familia, su padre y sus primos, en la cara de felicidad que pondrían cuando regresara, en las miles de historias que podría contarles sobre el Reino Tierra, así como la Victoria de su padre y justo cuando empezó quedarse dormido, su mente trajo consigo a Kanjii y esta vez no se resistió a su llamado.

•••

P.o.v Kanjii

Se desperto al llegarle el agradable aroma a pato asado, desde niña, había sido su comida favorita y que mejor que acompañado de especias, entre ellas las hierbas de harina. parpadeo un par de veces antes de levantarse, miro el desorden con el que dejo la cama de Kazuhiko y sintio vergüenza, por lo que decidió arreglarla lo mejor posible, cuando acomodo la almohada, el dulce aroma de la lavanda le hizo cosquillas la nariz, ella lo aspiró, era un aroma embriagante, le había ayudado a dormir bien.

༺❁❇ 𝓣𝓱𝓮 𝓦𝓪𝓻𝓻𝓲𝓸𝓻 𝓪𝓷𝓭 𝓣𝓱𝓮 𝓟𝓻𝓲𝓷𝓬𝓮❇❁༻Where stories live. Discover now