𝘛𝘦 𝘢𝘮𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘴𝘦𝘳é 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰.

[...]

❀ XXVII ❀

Después de que mi hermano se marcho de la habitación no lo había visto por ninguna parte, siendo sincero, me estaba poniendo los pelos de punta.

¿Te fuiste?

¿Me has dejado solo con esas tres?, imposible

Mis pensamientos me carcomen, me serví un vaso de un líquido trasparente, no le di importancia.

Seguía sin encontrarte, la música seguía algo fuerte, mamá no había llegado y las tres molestias me seguían por todos lados.

— "Ven con nosotras, Rindou", "vamos a bailar Rindou", "vamos a tu habitación, así tenemos privacidad". —

¡No, no quiero verlas a ustedes ahora mismo, joder, Ran, donde te metiste!

Me ofrecieron otro vaso de ese liquido transparente, lo tomé, sentí como me quemaba la garganta con cada gota que bajaba.

De un momento a otro comencé a marearme, una de las chicas me sostuvo, trato de besarme pero alguien la aparto de manera brusca.

¿De quien se trataba?

¿Eran sus amigas?

Estuve a nada de caer de culo, pero sostuvieron mis caderas evitandolo.

Eleve mi mirada, ahí estabas, tan tranquilo como siempre.

—  ¿Qué se supone que haces, Rindou? —

— N-Nada, estaba por caer y yo... —

— ¿Estas listo para que te muestre lo que tanto anhelas? —

¿De que se trata?

Todo me da vueltas.

Logre divisar a las tres chicas, pero, Ran me tomo del mentón, evitando  que tenga conexión alguna.

Me obligó a mirarlo, nuestros ojos se conectaron.

Tus ojos emanaban bastantes cosas, enojo, pasión, confusión...

Sin embargo los míos mostraban cansancio, miedo, asombró...

Sentía tantas miradas reposando en nosotros, no sabía el por qué, hasta que pude percibir algo cálido rozar contra mis labios levemente abiertos.