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Memoricé una vez más lo que tenía en el cuaderno y puse mis dedos sobre el piano, esperando que salieran las notas indicadas, pero en cambio mis dedos hicieron sonar el instrumento como si este estuviera sufriendo de algún dolor.

Golpeé el teclado y este hizo un estruendo que puso mis nervios aún más alterados. Me levanté y pasé mis manos por mi cabello quitándolo de mi cara. Estaba demasiado largo, ya me llegaba a más debajo de la barbilla, pero amaba mi cabello.

Palmeé mi cara en un intento de salir de este trance de desconcentración y poder enforcarme, decidí echarme agua helada en la cara y volví al piano. Cerré los ojos y me concentré en las notas, en el ritmo de la canción y en la letra. La canción que había estado componiendo ya estaba casi que terminada, estaba arreglando los últimos detalles para que estuviera lista.

Anteriormente tuve que cambiar cosas de letra, como el nombre de cierta persona por 'honey' o 'baby', lo cual ayudó a que pudiera olvidar un poco al que inspiró esta canción, pero fue en vano querer tratar de olvidarlo, cuando él era todo lo que abarcaba mi mente. Sentí como mi pecho se hundió con dolor y respiré hondo para evitar las lágrimas.

Estaba preocupado, y a veces sentía que estaba perdiendo la cabeza. ¿Cómo podía sentir tanto por una persona a la cal no conocía bien? Es que ni siquiera había escuchado hablar, joder.

Pero no importaba cuanto quisiera engañarme a mi mismo, no podía simplemente tapar el sol con un dedo, no tenía sentido mentirme a mi mismo cuando era yo quien sabía la verdadera respuesta. Nunca en mi vida había visto o conocido a alguien como él, tan dañado, tan dolido. Con tanta oscuridad en su mirada.

Liam Payne era un enigma para mí, y yo era un imán para eso, porque sí, no podía ser una persona normal y alejarse para seguir con mi vida, no, yo tenía que ser más terco que Barnie cuando decía que si yo te quiero, tú también me quieres. Maldito gordo mentiroso.

El caso era que, yo sabía que Liam cargaba con cosas para las cuales no sé si estaba listo, pero no podía sacar de mi mente el dolor impregnado en su mirada. Me sentía como una de esas personas que rescatan animales que han sido criados con violencia y toman un miedo irracional al resto del mundo, solo que el caso con Liam no había sido exitoso como aquellos. Él había huido.

Me sentía culpable, porque de alguna manera sabía que había empujado mucho y muy deprisa y el chico se había escapado como agua entre mis dedos.

Ya iban cinco días desde que no había vuelto a verlo, ni en la biblioteca, si en el salón de aquel profesor. Es como si hubiera desaparecido y tenía miedo, miedo a saber que podía haber hecho una locura y una vez más me imaginé la escena de él lanzándose de un puente, o rodeado de un charco de su propia al haberse cortado las venas. La sola idea me provocó tanto dolor que por un momento no pude respirar.

Me apoyé con los brazos en el piano y respiré tratando de regular mi respiración y calmarme. Practiqué los ejercicios que había aprendido cuando era un niño a causa de los ataques de pánico y luego de unas tres repeticiones comencé a relajarme y fui capaz de respirar mejor. Tenía la cara llena de lágrimas.

Agradecí que no hubiera nadie en la sala de música conmigo, porque no quería dar explicaciones ni mucho menos que alguien me viera en ese estado. Me limpié las lágrimas y respiré hondo. Como pude tomé el cuaderno, lo puse en la base frente a mí, y comencé a tocar las notas tal como las tenía en ese momento. A medida que repetía la canción, cambié algunas cosas, corregí otras y agregué algunos detalles, y cuando estuve conforme con el resultado, tomé mi celular y abrí la aplicación que utilizaba para grabar mis pistas.

Presioné el botón rojo para grabar y con la imagen de Liam en mi cabeza, comencé a tocar la canción completa, sin parar. El sentimiento se agrandó en mi pecho y aproveché aquello para potenciar mi voz. Cuando terminé detuve la grabación y la guardé.

Cuando Te Enamores De Mi ©Where stories live. Discover now