Capítulo 9

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Estaba dormida plácidamente, cuando fui despertada por el insistente sonido de mi celular. Lo alcancé y vi que se trataba de un mensaje de mi hermana.

«Adivina que día es hoy... Sí hermana, es Domingo, ¡HOY NOS VEREMOS! Levanta tu lindo cuerpecito, el vuelo sale en media hora y me tienes que dar una gran bienvenida.

Con una sonrisa en los labios, contemplé el día que despuntaba como un hermoso Domingo. Casi incrédula por lo rápido que habían transcurrido los días, revisé mi celular y noté tres notificaciones de WhatsApp, siendo el primero de ellos un mensaje de mi padre.

«Te extraño mucho hija, te envié un regalo con tu hermana.

Mi padre es el hombre más importante en mi vida. La añoranza por él, mi querida madre y mis adorables hermanos es abrumadora, pero al menos tendré a Ana a mi lado. Rápidamente tomé mi celular y le respondí con cariño.

»Y yo te extraño mucho más, yo también,
muero por verlos a todos.

Ví los otros dos mensajes y eran del maldito idiota.

«Buenos días sexy fiera, espero que tengas un lindo día, y también espero que aceptes salir conmigo.

«Debo admitir que me mata como se ve tu trasero en esa foto de perfil que tienes... ¿Por qué eres tan hermosa Amelia?

Sonreí ante el último mensaje recibido de su parte, en los últimos días la comunicación entre nosotros había sido constante. Él seguía insistiendo en encontrarnos y soltaba comentarios idiotas acerca de mi figura, tales como "Tus piernas exquisitas me seducen" o "Ver tu cuerpo me mata y revive al mismo tiempo", comentarios que claramente emitió con la intención de molestarme, pero lograba sacarme una sonrisa. Nuestra conversación parecía no tener fin, y admito que me sentí tentada en aceptar su propuesta de salir juntos... En realidad, todo mi ser anhelaba tener un encuentro con él, pero siempre hallaba una manera de eludirlo cuando me lo proponía.

Luego de pensarlo un par de minutos, le envié una respuesta.

»Buenos días Benjamín. A mí me mata lo desubicado que eres, y no lo sé, supongo que me hicieron con mucho cariño.

Ví la hora y eran las 7:15 am, corrí al baño a ducharme, tenía el presentimiento de que ese será un día muy largo e interesante...

Me maquillé un poco y ya estaba lista, tomé sólo mi monedero y mi celular para finalmente bajar hasta la salida del edificio, caminé hasta el Starbucks que estaba cerca y compre un café más unos panecillos para desayunar, me senté en una de las mesas y me comí el desayuno calmadamente, haciendo algo de tiempo mientras Ana llegaba.

Salí del Starbucks y tomé un taxi hasta un parque que se encontraba cerca del aeropuerto, me adentre en él y me senté en el césped bajo un árbol, a observar el bonito día y a los niños corretear.

Al cabo de unos quince minutos me cansé de estar sentada. Así que comencé a caminar por los alrededores del parque, cuando de repente ví a un hombre muy conocido... ¡No puede ser! Era el tipo gigante, el guardaespaldas de Benjamín. Me oculté tras un árbol y comencé a espiarlo cuidadosamente, si ese tipo estaba ahí, Benjamín tenía que estar cerca.

Lo ví caminar hasta encontrarse con dos tipos más, eran gigantes igual que él. Al parecer les reclamaba algo, pero no lograba entender qué.

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