Capítulo 2

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Era simplemente excepcional, más allá de cualquier descripción imaginable. El lugar era una belleza, y mi nuevo hogar rebasaba con creces todas mis ilusiones.

Era de grandes dimensiones , y al escuchar a mis padres hablar sobre el nuevo departamento, me había forjado la idea de algo más modesto; jamás imaginé que me habían hecho propietaria de un penthouse.

Al ingresar, te encontrabas con una elegante sala de estar, decorada con sofás blancos de exquisito diseño, grandes ventanales que se extendían desde el suelo hasta el techo, y una impresionante televisión.

Si se optaba por seguir el camino hacia la derecha, se llegaba a un salón muy similar al anterior, pero esta vez decorado con muebles de madera, y sofás en tono beige, una estantería repleta de libros, una acogedora chimenea y ventanales que abarcaban de una pared a otra.

Mientras que, si tomabas el camino de la izquierda, te encontrabas con una encantadora terraza, donde fácilmente podía visualizarme disfrutando del desayuno en la pequeña mesa que allí se ubicaba. Un fabuloso jacuzzi complementaba el entorno, junto con varias plantas que decoraban el lugar y armonizaban con la belleza de la vista que se divisaba.

Más allá, al finalizar la estancia principal, se extendía un largo pasillo que conducía hacia la parte trasera del apartamento, donde se hallaba mi habitación, exquisitamente decorada. Al ingresar, una enorme cama se destacaba en el fondo, y a su izquierda, tras una pared de cristal, se desplegaba una magnífica panorámica de Nueva York. Una vista indudablemente hermosa, desde la cual seguramente podría capturar espectaculares fotografías.

Al entrar al baño de mi nueva habitación, lo primero que llamaba la atención eran unos elegantes muebles y una bañera. Junto a ésta, se dividió una pequeña zona que conducía al inodoro, el lavamanos y la ducha, todos ellos rodeados por un enorme espejo.

Lo más impresionante era el amplio vestidor, que considero la joya de mi habitación. Este espacio era tan grande que superaba ligeramente en tamaño al propio baño. Además, contaba con un gran ventanal que cubría toda la pared trasera y la mitad de la pared lateral izquierda.

Incluso la cocina, ubicada junto a la sala de estar, me fascinaba por completo. Aún me quedaba por descubrir las otras tres habitaciones de invitados, situadas antes de llegar a la mía, las cuales exploraría más adelante.

En definitiva, este departamento era un sueño hecho realidad, con cada detalle pensado para brindar comodidad y lujo. Estaba emocionada por empezar esta nueva etapa en mi vida en un lugar tan espectacular. Sin duda, me sentiría como en un hotel de cinco estrellas cada vez que regresara a casa. Era el lugar perfecto para relajarme y disfrutar de la vida en la gran ciudad. Estaba segura de que muchos momentos inolvidables se vivirían aquí.

Estaba profundamente agradecida con mis padres, quienes nunca habían dispensado tales atenciones a mis hermanos. Mientras que a éstos les obsequiaban un automóvil y costeaban unas breves vacaciones a la hora de su graduación, mi situación fue distinta. Y no ignoraba el motivo, yo fui la única en destacar como estudiante en la preparatoria, pues culminé mis estudios como la alumna con el más sobresaliente historial académico. Decidí encaminarme hacia la universidad y labrar una exitosa trayectoria, distanciándome totalmente de mis hermanos, quienes parecían contentarse con ser meros mantenidos de mamá y papá. Ellos colaboraban en los negocios familiares, pero no brillaban con luz propia, ni hacían grandes cosas por sí mismos y sus futuros.

Supongo que pretenden que no siga el mismo rumbo que mis hermanos y anhelan mi independencia. Por tal motivo me obsequiaron este apartamento, como un estímulo para seguir avanzando en mis estudios universitarios.

Encantadora Where stories live. Discover now