Capítulo 50: Los herederos son unos desvergonzados

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—¡¿Cómo te atreves?! —gritó Wei Ying, su voz quebrándose con la incredulidad y la angustia.

Jiang Cheng apenas escuchó sus palabras, su mente nublada por la furia y la decepción. Sus manos temblaban mientras sostenía la campana, un símbolo de la pureza y la armonía de su secta, ahora manchada por el desprecio y la desconfianza.

—Ya no eres un miembro de la secta Jiang, así que no lo mereces— soltó Jiang Cheng sin importar lo que lastimaran las palabras —Traidor. Eso es lo que eres, como una escoria como tu pueda merecer algo tan valioso—murmuró Jiang Cheng, más para sí mismo que para Wei Ying, pero sus palabras resonaron en el aire como un triste eco de lo que una vez fue una relación fraternal.

Los ojos de Wei Ying se abrieron con horror al ver la preciosa campana, un símbolo sagrado para su secta, caer al suelo con un estrépito sordo. En un arrebato de ira ciega, Jiang Cheng levantó el pie y pisoteó la campana con una fuerza devastadora, haciendo que se rompiera bajo su talón.

Un grito desgarrador escapó de los labios de Wei Ying mientras presenciaba la destrucción de algo tan preciado, su corazón retorciéndose de dolor ante el acto despiadado de su hermano. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras observaba impotente cómo su mundo se desmoronaba a su alrededor, el sonido de la campana destrozada resonando en sus oídos como un lamento de angustia.

Y en medio de la tragedia y la desesperación, la campana de la claridad yacía destrozada en el suelo, sus fragmentos dispersos como un símbolo de los lazos rotos y la confianza perdida entre dos hermanos.

Jiang Cheng aun podía recordar el rostro lleno de incredulidad y de dolor en Wei Ying.

Nadie sabía que después de ese arrebato de ira, regreso al lugar cuando se encontraba sin un rastro de personas, solo en ese momento se permitió agacharse y recoger aquel objeto tan preciado.

Mientras levantaba los fragmentos de la campana destrozada del suelo, podía sentir el frío metal cortar sus manos, una metáfora dolorosa de las heridas que había infligido a su relación con Wei Ying y con su propia secta.

Al sostener los pedazos rotos de la campana en sus manos temblorosas, Jiang Cheng no pudo evitar sentir una oleada de tristeza y desesperación abrumándolo. Había perdido algo invaluable ese día, algo que no podía ser reemplazado ni reparado

El silencio que lo rodeaba era ensordecedor, solo interrumpido por el sonido hueco de los fragmentos de la campana chocando entre sí mientras los recogía. Se sentía como si estuviera en medio de un desierto, solo y perdido en la vastedad de sus propios pensamientos y arrepentimientos.

Mientras se perdía en sus pensamientos, Jiang Cheng sabía que no había respuestas fáciles ni soluciones simples para lo que había sucedido. Solo quedaba el doloroso camino hacia adelante, marcado por el arrepentimiento y la determinación de hacer las cosas bien. Y con el peso de la campana destrozada como un recordatorio constante de sus errores y aprendizajes.

Aunque sentía el dolor de la traición, su mente lleno de recuerdos del pasado con Wei Ying, no pudo soportarlo, y el mismo reparo la campana de la claridad, fue restaurada casi a la perfección. Incluso aunque tenia sentimientos agrios, se había prometido devolvérsela a Wei Ying.

Ahora, ¿Con que cara vería a Wei Ying? ¿Cómo podría devolverle algo que originalmente era suyo? ¿Acaso el propio Líder Wen lo permitiría?

Después de un momento de shock, Jiang Cheng se reúne con los demás discípulos de la Secta Jiang y deciden seguir a Wei Ying para asegurarse de que esté bien. Jiang Cheng lidera a sus discípulos en una búsqueda frenética para encontrar a Wei Wuxian y asegurarse de su seguridad. Sin embargo, cuando llegan al lugar donde Wen Xu ha llevado a Wei Ying, descubren que han desaparecido sin dejar rastro. Jiang Cheng se culpo una y mil veces su reacción demasiado lenta. La tensión en el aire era palpable mientras Jiang Cheng y sus discípulos se apresuraban por los senderos, siguiendo las pistas que podrían llevarlos a Wei Ying. Cada segundo que pasaba sin encontrar rastro de ellos aumentaba la ansiedad de Jiang Cheng, su corazón latía con fuerza en su pecho, lleno de temor y arrepentimiento, cada segundo que paso era importante, y el lo desperdicio en pensamientos del pasado. Ahora, ¿Cómo sabría si Wei Ying y el bebe estaban a salvo? Aunque su favor a Wei Ying no era bueno, no podía perdonarse si algo le pasaba al bebe que lleva en el vientre.

El sol de QishanWen☀️Where stories live. Discover now