M.I.A - Alastor [Hazbin Hotel][+21]

M.I.A [25]

—No gracias, no estoy interesado —pasó de largo dejando al hombre atrás con un rostro estupefacto.

—¡Oh, vamos Alastor! Estamos hablando de evolución tecnológica, ya no es lo mismo los años veinte y cincuenta con los ochenta. Todos nos tenemos que adaptar al cambio, especialmente nosotros que vivimos de los cambios constantes.

El dueño de VoxTek y socio del ahora reconocido Overlord proxeneta Valentino, se encontraba proponiéndole un trato comercial de exclusiva atención al demonio radio.

—Los cambios a veces son molestos, prefiero ser fiel a mis ideales, época y cambios respectivos a mi labor, no quiero ni necesito la renovacion televisiva que invade al infierno con basura comercial —escuchar eso realmente había hecho sentir fuego dentro de su ser, nadie faltaba el respeto a su tan amado trabajo que con tanto esfuerzo había fundado para mostrar su gran poder.

—¡Hey! Podrá ser para ti una "basura comercial", pero ahora es a mí a quien buscan para entretenerse antes que a tu estúpida transmisión aburrida de gritos incesantes los cuales ya no asustan.

Él podía ver en sus ojos que estaba realmente ardiendo en ira, lo tomaba como alguien realmente estúpido por caer ante tan boba provocación. Pero no podía esperar más de alguien conformista que solo ve dinero en donde hay pasion y amor por lo trabajado.

—¿Quién diría que mientras más pasan los años y la moda, más incrédula e idiota termina la gente? ¿O debería decir conformista?

—Escucha bien radio descompuesta pasada de moda, no te creas la verga del mundo por que muy pronto, ya nadie sabrá de tu presencia estando yo en la cima —realmente estaba decidido de alguna forma a competir con aquel demonio sonriente incapaz de mostrar avance alguno—. Además... Ya no eres tan poderoso como antes.

Su mirada fanfarrona cambio a una atenta al escuchar tal ofensa de su persona. Éste sin previó aviso dejó libre su sombra para que tomará sus piernas dejándolo inmóvil frente suyo. Vox en un acto de teletransportarse quedo pegado al suelo sin poder traspasar la pantalla a unos cuantos metros de él.

—Escucha atentamente, mi estimado colega —a paso lento se acercó mientras acomodaba su moño y limpiaba la suciedad de su saco, desde sus brazos hasta acabar en su cintura, siendo visto atentamente por quien estaba paralizado, y algo nervioso. Quedó a centímetros del rostro de Vox mientras apoyaba su peso en el bastón—. Será mejor que te prepares de ahora en adelante, porque aunque me parezcas patético firmaste una declaración de guerra la cual, ganaré. No te asustes mucho Vox, no vaya a ser que corras a los brazos de tu querido amorcito, perdón socio... Porque al final, estás aquí conmigo molestandome con unirme a tu extraña alianza comercial homoerótica.

Sus músculos se tensaron al escuchar semejante sandez de parte del trajeado ciervo. Una vez se alejó con su sombra, Vox se teletransportó dejando a Alastor completamente extasiado por la situación tan divertida que presentó la tele.