Capítulo 17

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El día para marcharse de Chicago; había llegado.

No soñé con Evan esta vez y lo agradecía, ya que, hoy no era un buen día que digamos. Estaba muy conmovida por todo lo que había pasado en éstos días, y no me entraba en la cabeza cómo es que había podido ver a Evan cara a cara. Las ganas de volver a verlo me estaba matando pero debía resistir y respetar su espacio. Ya no iba a asistir, sólo resistir en esto.

Hasta poder olvidarlo. Es difícil porque no quería olvidar a Evan y por eso nunca lo hice, sin embargo, esta vez sabía que era necesario.

Me desperté en la mañana, eran las 05:15 a.m. Saldría a desayunar dentro de una hora. Seguramente nos encontraríamos todo en el mismo lugar, ya que, el hotel tenía su propia cafetería. Mis cosas ya estaban preparadas, luego de ir a tomar un café o algo por el estilo, volvería a recoger todo para ir al aeropuerto. Quedé en la cama unos segundos, y noté que Eleanor me había dejado un mensaje en la madrugada. Antes de verlo, me aseguré que Evan haya visto mi mensaje, y sí, lo había hecho pero no lo había contestado. Lo ignoró por completo. De todas formas, me sirvió que lo haya, por lo menos, leído. 

Decidí abrir el mensaje de Eleanor.

Eleanor: Avísame si te ha respondido.

Le respondí aunque sabía que, dentro de una hora, recién se despertaría para ir a su trabajo y leería mi mensaje.

Jenna: Lo ha visto pero decidió no responder. No hay problema. Me lo imaginé. 

Jenna: Qué bueno que pude despedirme, aunque sea por mensaje.

Claramente ella no iba a verlo ahora, así que me levanté a la par de Lydia.

—¿Irás a desayunar? —me preguntó ella, cambiándose la ropa. Y sacándose el pijama para poder ponerse ropa más abrigada. Lydia era muy bonita. Su cabello era de un tono más oscuro que el mío, podría decirse que casi negro, sus ojos eran de un miel claro acompañados de unas pestañas muy largas. Tenía una mirada electrizante para ser clara. Creo que era entendible cómo es que Steve suele mirarla tanto.

Asentí con la cabeza—. Sí. Iré. 

—Me sentaré contigo —me miró con una sonrisa. Le devolví la sonrisa sin decirle nada.

Lydia estuvo lista muchísimo más antes que yo así que ella partió a la cafetería para guardarnos lugar y pedir lo que le había dicho. Salí con un morral que estaba combinando con todo lo que tenía puesto. No era muy fanática de la ropa pero, al gustarme tanto el frío, disfrutaba de mis pequeñas colecciones de ropa invernales. Llevaba un suéter blanco que cubría mi cuello, encima de el un tapado celeste pastel, acompañado de unos jeans azules sumado a unas botas marrones. Dejé mi cabello castaño suelto y lacio. Me maquillé casualmente y rápidamente para salir. 

En el pasillo, llegando a la cafetería, crucé a Connor delante mío. Aceleré mis pasos para llegar a él y tomar su mano para voltearlo hacia mí. Antes de que me mirase, él dijo..

—Oh, aquí estás Bri, te envié mens-

Se cortó cuando volteó a mirarme. Su expresión cambió por completo, su sonrisa se había esfumado.

—No soy Brianna —le dije. Se soltó de mi agarre y suspiró—. Soy Jenna.

—Lo sé —me dijo—. Pensé que eras ella. —Giró para tomar marcha hacia la cafetería dándome la espalda.

—¿No me hablarás? —pregunté. Hice que se detuviera nuevamente.

Tardó unos segundos en voltearse pero lo hizo—. Ahora prefiero no hacerlo. Lo hablaremos en Florida. 

A Través De Mis SueñosWhere stories live. Discover now