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La pareja se había quedado bastante tiempo en el hogar del chico menor, hablando con su madre junto su hermana, riendo y de más.

Seo se levantó del sofá ── Bueno, creo que ya es hora de irme ─ formó un puchero en sus labios.

── Hmm... ¿No gustas quedarte aquí ─ preguntó la señora mayor.

── Me encantaría, pero no quiero hacer molestias, no se preocupe ─ río algo nervioso.

La mujer se levantó de su lugar, quedó frente a Changbin tomando sus manos ── Hijo, aquí no incómodas, eres como el hijo que nunca tuve ─ sonrió.

── Y yo qué? ─ habló Yang algo indignado, que abrió la boca en forma de "o"

Los dos parados rieron para que luego la mujer hablara ── Es una manera de decir, cariño ─ negó con su cabeza.

Al final de todo, Changbin se quedó. Luego de que cenaron y se desearán las "buenas noches" todos fueron a acostarse a sus cuartos. Obviamente Changbin fue al de Jeongin.

Yang se sentía feliz de nuevamente tenerlo a su lado, poder apreciar su sonrisa y perderse en esos hermosos ojos, tenerlo a su lado dándole el calor corporal que tanto necesitaba de él, poder provocar sus sonrisas y besar su rostro cuando se le diera la gana. Changbin sin duda sentía lo mismo. Cuando todo ese infierno para los dos acabó sintieron que fue una gran guerra finalizada, en la cual claramente ganaron.

── Jeong, ¿Podrías prestarme un short?

El mencionado asintió y fue a su closet en busca de la prenda. Se le hizo difícil encontrar algo de la talla de su mayor, debido a la diferencia de cuerpos de los dos. Hasta que encontró el short perfecto.

Seo lo estaba esperando en la cama mirando su celular, riendo con los comentarios de Stay en videos. Vio a Jeongin llegar con las manos en la espalda, dejó su celular a un lado y se levantó para quedar frente a él. Estaba confundido de porque ocultaba sus manos en su espalda.

── Jeongin... Que es esto... ─ su semblante se volvió serio. Y como no si aquel short era una que traía diseños de gatos con cuernos de unicornio, arcoiris por todos lados y un difuminado celeste con rosado de fondo. Yang se echó a reír, era una prenda de su hermana que encontró por ahí, por suerte era de la talla de Chang.

── Esta bonita, ¿No? ─ agregó entre risas, no aguantaba con el rostro de su mayor.

El contrario lo miró con ojos enojados, no le gustaba la idea de tener que ponerse ese tipo de short. Cuándo observó que el menor estaba ocupado en burlarse de él en su cara lo tomó desprevenido y lo tomó de la cintura para tirarlo cuidadosamente en la cama. Lo acostó y se subió en él sin lastimarlo ni aplastarlo apoyando sus manos a cada lado de su cabeza. Jeongin ya no reía, sus mejillas se estaban tornando rojizas. Se sentía pequeño a pesar de que era más alto que el contrario.

── ¿Ahora quién ríe? ─ sonrió victoriosamente al ver a el chico abajo de él avergonzado.

Ya que el menor no decía nada ni actuaba ante eso, optó por hacer algo. Comenzó a hacerle cosquillas por donde pudiera, el contrario solo podía retorcerse y reír estando abajo el mayor, tampoco podía tratar de escapar ya que tenía el cuerpo tonificado arriba de él.

── Changbin, ya! ─ dijo entre risas, el mayor hizo caso omiso y continuo con las cosquillas. Jeongin solo podía dedicarse a reír y retorcer su cuerpo en misión de que Changbin dejará de hacer cosquillas en su cuerpo.

── Si me dices que me llevarás al partido de mi equipo favorito ─ Yang negó con su cabeza ── Entonces no te dejaré ─ y así continuo con las cosquillas. Y la verdad es que a él no le llamaban la atención ver hombres correr detrás de una pelota, o esa era su perspectiva del fútbol.

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⏰ Última atualização: Mar 04 ⏰

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El staff de hermosos ojos | JeongBinOnde histórias criam vida. Descubra agora