La última vez, Adina estuvo tres semanas en el hospital con problemas en el pulmón, ¡casi lo perdía!, Henar estuvo igual y su piel terminó lo peor de herida cuando las sanguijuelas se adhirieron a su piel, ¡aun recuerdo el agua teñida de rojo!; yo corrí con suerte, nada más me fracture un brazo y recibí un golpe en la cabeza.

—Por favor, no nos hagamos un daño innecesario. Yo las protegeré, si lo que quieren hacer es dejar a sus compatibles, usaré mi posición y todo el poder de mis compatibles para darles una vida digna. —les susurré, pero creo que me escucharon ya que sus respiraciones se acelarearon.

—¡Te dije que no nos ibas a dejar, Henar! —y el muy estúpido corrió intentando acercarsenos, pero no previo que Henar salto, llevándose consigo a Adina y por consecuente a mi.

Mierda y más mierda.

—¡Samay!

Mientras caía, pude ver el rostro preocupado de mis compatibles e incluso como Cobain se quitó la camisa, dispuesto a saltar, sin embargo lo detuvieron e hicieron una seña, desapareciendo.

Cerré los ojos si entiendo por milésima vez en estas últimas veinticuatro horas la adrenalina.

Sentí mi espalda estrellarse en el agua y ni siquiera tuve la oportunidad de tomar más aire cuando el agua comenzó a arrastrarme con violencia e inundarme

Había olvidado la horrible y desesperante situacion en la que estas aguas cautelosas y agresivas tratan a su inquilino temporal.

El agua helada me estremecía y el agua que tragaba sin cantidad alguna, me llenaba el cuerpo. Logré subir a la superficie y tomar un poco de aire, sin embargo la corriente volvió a llevarme para abajo. Miraba como mis amigas estaban en la misma situación, intentando mover los brazos y piernas para poder tomar tan solo diez segundos del aire, que ahora nos parecía tan preciado.

De alguna forma, comenzó a escucharse algo caer.

—La... —no logro terminar de hablar Henar porque el agua la hundió. —Cascada. —termino de decir, sin embargo yo no logré escuchar mucho, ya que el agua me sacudía de un lado a otro con violencia, moviendo y ahogándome como si fuera cualquier cosita.

Henar no mentía, en la esquinas, para el sur (dirección contraria a la que teníamos pensado avanzar), se encontraba una cascada, que desembocaba en aguas más tranquilas y al nivel de la tierra, sin embargo el problema no era llegar, era sobrevivir.

Si vivo para contarlo, ya tengo otra loca experiencia que contar.

Cerré los ojos, sintiendo como me ardían, e incluso hasta el agua se volvia mas rápida conforme nos acercábamos más hacia el ruido sordo. Tuve la oportunidad de salir por última vez a la superficie y suspirar la mayor cantidad de aire para lo que se aproximaba: la caída.

La ansiedad, el estrés y la adrenalina me inundaron. Mierda.

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5 están bien, pero, ¿15?Where stories live. Discover now