Capítulo 4

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Una semana después

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Una semana después.

Samay Meyer

Al parecer hoy llegaba la fracción nombre de equipo de futbol y todos estaban como locos.

Yo, en cambio, estaba sentada en una mesa de un restaurante escondido, esperando mi comida, cuando de repente, dos sillas en frente mío se movieron.

Miré extrañada a los dos extraños que se sentaron en mi mesa. Ambos iban vestidos de negro, con lentes, gorra y un cubrebocas. ¿Se habrán confundido de mesa? Mire a todas las personas que estaban dentro del restaurante y no había casi nadie, más que una pareja muy melosa y los trabajadores.

¿Habrán pensado que soy un gangster? Mire mi vestimenta y me golpee mentalmente por mis estúpidos pensamientos.

Concéntrate, Samay.

Mi vista volvió a los dos extraños frente a mí que ahora estaban sentados de una manera algo rara.

—¿Hola? —hable dudosa.

—Hola, Sam. —saludo una voz conocida. Era Domani, el cual se bajó un poco las gafas para que pudiera reconocerlo.

—¿Hola? —volví a hablar con algo de sorpresa.

—Necesitamos un pequeño favor, Sam. ¿Estás dispuesta a ayudarnos? —señaló a él y a su acompañante, que desde acá lo podía ver tenso.

—Supongo. —respondí dudosa.

—Solo necesitamos pasar desapercibidos. —iba a preguntar porque pero él me interrumpió antes de que hablara. —Pero te ruego que no hagas preguntas, por favor. Tu solo actúa normal. —lo mire más extrañada.

—Bueno. —él se relajó y su compañero, seguía un poco tenso, pero se relajo un poco.

—Él es Milos. —señaló a su acompañante y yo solo le sonreí amablemente.

—Hola, soy Samay. —le extendí mi mano, él dudó un poco pero al final la recibió.

—Un gusto, Milos. —sonrió, no se como supe, pero se que él sonrió.

—¿Por qué no se quitan todo eso? —pregunte señalando toda su vestimenta. —Están asustando a toda la gente. —miraron el lugar, en donde todos nos miraban como si traficamos droga o hicieramos cosas malas. Ambos dudaron un poco. —Sea lo que sea, se que están escapando de algo o alguien, —vi las intenciones de rechistar, pero me adelante. —y así como están vestidos, va a ser más fácil diferenciarlos. Creanme, no es muy común ver a dos hombres totalmente tapados y vestidos de negro. —sonreí, ambos se miraron entre sí, para proceder a quitarse los cubrebocas, los lentes y los suéteres, resaltando los músculos de ambos.

Detalle la cara de Milos, se veía muy jóven y era muy atractivo. Sus ojos eran de un color café y su tez morena. Su cabello color chocolate tenía unos rizos y en su cuello se observaba un tatuaje que seguía hasta su pecho.

5 están bien, pero, ¿15?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora