— Yo estuve con mi familia y después hice videollamada con Kiki, puedo decir orgullosa que me gané el cariño de su madre.— Dijo orgullosa, dejando un beso en la mejilla de la pelinegra.

Toda la mesa se quedó callada. Elizabeth estaba apretando sus puños y Violeta parecía querer arrancarse los oídos para no escuchar nada más, o los ojos para no ver nada más. ¿Desde cuando Chiara y Denna se llevaban tan bien? Antes de Navidad apenas se hablaban, o al menos eso creían Violeta y Elizabeth.

Pero no eran las únicas en la mesa sorprendidas. Martin tenía sus ojos bien abiertos y Juanjo el ceño fruncido, mientras que Ruslana intercambiaba miradas entre las cuatro. Bea y Álvaro se miraban, eran los que menos sabían de lo que estaba pasando pero ellos solitos sacaban sus propias conclusiones, y, la mayoría, acertadas. 

— Que buena está hoy la cena, ¿no? — Habló Álvaro, tratando de cortar el ambiente tan tenso que se había creado en aquella mesa con tan solo una frase por parte de Denna.

Siguieron cenando más callados que antes, pero con algunas conversaciones. Lo que ni Violeta ni Elizabeth podían ignorar eran las risas y miradas de Denna y Chiara. No entendían nada, ¿desde cuando coqueteaban tanto entre ellas? ¿desde cuando se miraban de esa forma? 

La francesa se levantó de la mesa sin decir nada y se llevó su plato, dejándolo en el lavavajillas y yéndose de allí sin decirle nada a nadie. Chiara compartió una mirada con Denna y chocaron sus manos por debajo de la mesa, para que nadie las viese. 

Se pasó una hora, dos horas en un box encerrada, tocando el piano con los ojos cerrados y dejando que sus dedos fluyesen por las notas sin casi pensar en lo que tocaba, solo dejaba las cosas fluir, todo salía más bonito cuando fluía, al igual que esa melodía.

Todo estaba en calma, estaba consiguiendo no pensar en nada ni en nadie, hasta que alguien llamó un par de veces al box, y fue entonces cuando se dio cuenta de que las luces ya estaban apagadas.

— Sé que estás de bajón y tal, pero vamos a jugar a verdad o reto, por si te quieres venir.— Le avisó Naiara, con una pequeña mueca.— No quiero que estés sola estando así, he hablado con Violeta y me ha dicho que no quieres hablar del tema, pero no estés sola por lo menos, porfa.— Elizabeth sonrió suavemente y asintió, levantándose de allí y abrazando a Naiara, antes de caminar con ella hacia el salón.— Si en cualquier momento te sientes mal, me avisas y nos vamos, ¿vale? 

— Vale.— Respondió Elizabeth con una pequeña sonrisa, mirándola. Se estaba dando cuenta de lo que admiraba a Naiara, cada día más y más.— Gracias. 

— No es nada, enana.

Ambas sonrieron y llegaron al salón, donde ya estaban todos sentados en un círculo, con una botella en medio. Se sentaron al lado, Naiara al lado de Juanjo y Chiara al lado de Ruslana, la cual le pasó un brazo por los hombros.

— Bueno, todos sabemos las normas, ¿no? — Todos respondieron con una respuesta afirmativa y Álvaro continuó hablando.— Bueno pues, ¡empezamos!— Giró la botella y esta empezó a dar vueltas, hasta que se paró, apuntando hacia Juanjo.— ¿Verdad o reto?

Hicieron algunas rondas, con retos no muy complicados y verdades no muy comprometedoras, a Elizabeth le tocó imitar a una gallina y después confesar si en algún momento había puesto los cuernos, cosa que dijo que nunca. 

— Oye, empecemos con algo más... potente, ¿no? — Habló Juanjo, al cual le tocaba girar la botella, y esta apuntó hacia Chiara.— Mi querida Kiki...— Chiara sonrió suavemente.— ¿Truth or dare?

Dare.— Respondió la inglesa casi al momento, y Juanjo estuvo durante unos segundos pensando en lo que decir, hasta que miró de reojo a Elizabeth y respondió.

El juego de quererte en secreto [Chiara OT 2023]Where stories live. Discover now