، 🦋 : Una noche en el club.

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—Am, sí.

Quitó los seguros de la puerta, a la par que ambos salían.

Jungkook lo seguía casi a brincos felices, como niño pequeño. Su primer paso estaba hecho, tan sólo hacía falta terminarlo y dar inicio al segundo.

Jimin tuvo que tomar unos minutos antes de abrir la puerta, porque, si lo hacía antes, Jeon notaría que sus manos temblaban. No debía saber que era por él.

No contaba con que el castaño estaba lo suficientemente distraído con sus propios planes y satisfacción de obtener una oportunidad, como para fijarse en sus manos.

Abrió la puerta, haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

—Pasa.

Jungkook entró y esperó quieto. Jimin cerró la puerta, se deshizo de su abrigo y arrojó las llaves a la mesa del comedor.

—¿Quieres algo de tomar?

—Agua, gracias.

Jimin asintió, yendo a la alacena, tomando dos vasos de cristal.

Jungkook escuchaba el ruido de la cocina. El agua llenando los vasos y los pasos de Park acercándose. Recibió el vaso con una pequeña sonrisa tímida.

La casa parecía estar en completo silencio. Sin rastros de alguien en casa. Jimin arrugó su frente por ello. Jarin solía avisar cuando salía de casa.

Jungkook buscaba a su hijo por toda la casa, tan sólo con la mirada.

—¡Jarin, mi amor, ya llegué! —alzó la voz, esperando que lo escucharan en el piso de arriba—. ¡El señor Jeon está aquí por Jongsuk también! ¿Estás en casa?

Tardó varios segundo en obtener respuesta. Pero la hubo. Una voz temblorosa desde el piso de arriba.

—¡Y-Ya vamos, p-papá!

Jungkook frunció su entrecejo por la respuesta, mientras que Jimin empezó a soltar fuertes carcajadas, negando con la cabeza. Sus manos sobre su cintura, en forma de jarras. Pasaba su lengua por encima de su labio inferior al tomar aire.

Jungkook frunció su entrecejo, desconcertado por la causa de la risa en Jimin. ¿Qué era tan divertido o de qué se había perdido?

—¿De qué te ríes? —preguntó con tono confuso.

Jimin terminó sentándose en el sofá. Abrió su boca y ladeó su cabeza. Señaló las escaleras y volvió a reír.

—¿No tienes ni una idea? —Jeon negó antes de sentarse a su lado—. Ahora resulta que eres tan ingenuo —murmuró—. Tu hijo, y mi hija —señaló las escaleras. Jungkook asentía—. Solos en casa. En la habitación de Jarin, y todo estaba muy tranquilo —seguía sin comprender. Jimin rodó los ojos—. ¡Dios, Jungkook! —se quejó—. Acaba de responderme nerviosa que está por bajar, y lleva... —miró su reloj—, cinco minutos después de eso. Siempre baja a los segundos.

Jungkook abrió su boca al entender lo que ocurría. Señaló las escaleras y miró a Jimin, ofendido.

—Ellos...

Park asintió con diversión. No era algo que lo molestara, había tenido diecinueve años antes, y bastantes experiencias como esas. Jungkook estaba involucrado en su mayoría.

—Ajá, es lo más seguro —se encogió de hombros relajándose en el sofá—. Sólo espero que hayan usado protección.

—Si no, joderé a Jongsuk por mucho tiempo con eso —Jungkook parecía estar en desacuerdo con la buena actitud de Jimin—. ¿Por qué te ríes? No es divertido. Pudimos entrar y escuchar algo. No podría ver a Jongsuk de la misma forma —fingió escalofríos.

not you again, please › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora