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NO HAY MEJOR MANERA de acabar el año que con una pelea con tu hermana sobre las ideologías de su familia, ¿verdad? Una carta de su madre que con todo el cariño del mundo culpa a Marlene de que su hermano haya escapado de casa y a él por tener novio y nunca decirles nada. Pero a Marlene no les reveló que tiene novia desde cuarto año y a ella solo la tratande flores.
Taylor pasaba más tiempo con su novio que con algunos de sus amigos, ya que estaban cerca de terminar el año y al ser él un año menor no lo vería hasta acabar su ciclo escolar.
Estaba en la habitación de James haciendo su tarea de transformaciones con la compañia del resto de Merodeadores. Hace apenas unos meses se había enterado de que sus amigos y su novio eran animagos.
── ¡Sirius, eres una puta! ── Gritó Oliver de manera casí seria, saltando de su cama al suelo con sus pergaminos entre brazos y poniéndose alado de Taylor en la cama de James.
El pelinegro le sacó el dedo del medio, quitando las bolas de papel arrugado de pergamino de su cama, haciendo que cayeran por el borde.
── ¿Qué pasó? ── Le dijo Taylor, sacando su atención del libro frente suyo.
── Me picó y rayó el cuello con la pluma. Pinche naco. ──
El otro alzó una ceja al oír el insulto de Oliver hacia Sirius. James soltó una carcajada desde la cama de Peter, en la cual le copiaban la redacción de pociones a Remus.
Una sonrisa vaciló en el rostro de ambos, que apenas se vieron a los ojos entendieron que querían estar un poco más a solas. Taylor cerró su libro, usando una flor ya marchita ─regalo de Pandora apenas hace unas semanas─ como separador de hoja en su libro y tarea. James dejó su manojo de hojas en su cama y también salió de la habitación.
Cuando salieron del cuarto una sonrisa única adornó sus rostros, haciendo que solo se abracen.
El contacto de su cuerpo con el otro fue tranquilo y recorfontante en cierta manera, dando amor y solución a cualquier mínimo problema que rondara cerca de su cabeza en ese momento.
── Nada...── Quitó los mechones dorados y verdes que cubría el rostro de su chico.
Taylor lo vió a los ojos, viendo como reinaba una preocupación y estrés que intentaba "justificar" con cansancio.
── James... ── Casi regañó con voz suave, haciendo que el mencionado dejé de intentar.
── Je, estoy aterrado de perderte. Estoy completamente aterrado de que encuentres a alguien mejor cuando yo salga de Hogwarts y que lo nuestro...deje de funcionar. ── Soltó una risa vacía
James siempre era tan extrovertido, alegre y hablador, tan solo sus amigos más cercanos y su novio conocían su lado sensible, lo mucho que sobrepesaba lo más mínimo y el estrés propio que cargaba sobre sus hombros.
Ocultaba su tristeza con una sonrisa vacía para evitar llorar frente a su novio o sus amigos. ¿Ahora por que iba a llorar? Si todo era ridículo.
── Yo jamás haría eso. ── Dijo rápido, antes de ser interrumpido.
── ¿Cómo puedo estar tan seguro? ──
── ¿Quién crees que soy para cambiarte con cualquier otro chico? ──
Su voz se quebró. ── Hay chicos mucho mejor que yo, lo sabes. Soy alguien muy reemplazable. ──
── ¡Ninguno de los chicos te ha reemplazado! ── Expertó.
── ¡Siempre siento que si hago algo mal será la gota que los canse de estar a mi lado y que me cambien por alguien menos molesto! ──
── ¡No eres molesto! ── Le gritó.
James dio un paso para atrás, levantando las manos a la altura de su pecho y apretando los puños, como si sintiera la necesidad de defenderse. Taylor se dio cuenta del cambio de expresión del chico, recordando lo intolerante que podía ser a los ruidos fuertes, como cuando alguien grita o alza la voz.
Ahogó un sollozo, mirando a otro lado e intentando medir sus palabras.
── ...¿por qué siempre terminamos así? Yo teniendo la razón sobre lo estresante que debe ser tener un novio con apego ansioso, ¿no? , solo...hay que terminar con esto. ──
Antes de que James pudiera seguir sobrepensando e interrumpiendo a Taylor, el chico lo tomó del rostro para luego soltarlo, haciendo entender que estaba equivocado. Se podía ver un pequeño rastro de lágrimas amenazando con salir y humedecer su rostro, lleno de ansiedad y mil pensamientos pasando por segundo.
── James, jamás reemplazaría aalguien que amo. No hace vamos terminar nada porque haremos esto funcionar aún después de la escuela, y el tiempo que sea necesario. ¿Confías en mi? ──
Los ojos del Gryffindor se abrieron en grande, a su vez que sus mejillas tomaban un fuerte y profundo color rojo carmesí. Tragó saliva con fuerza, asimilando las palabras de Taylor.
Su estado de ánimo subió de inmediato, cambiando a sentirse como el chico sonriente de siempre.
── ¿T-tu...tume amas? ──
El chico McKinnon tuvo la misma reacción que James cuando lo escuchó, cayendo en cuenta sobre sus palabras y la forma en la que lo habia dicho. Su rostro, mucho más pálido que el de James, enrojeció de inmediato, siendo más obvio.
──...O-oh, Dios...──
── ¡No, espera! ── Retuvo una carcajada nerviosa. ── ¿lo dices en serio? ──
Ambos se miraron fijamente, demasiado nerviosos y rojos para hacer algo más que reír sin control. La última vez que estaban así de nerviosos fue cuando soltaron su confesión.
Había sido en octubre del año pasado. Estaban a septiembre.
──...S-si, obvio. ── Sonrió ampliamente. Aclaró su garganta. ── Yo te amo, James. ──
── Y-yo...yo también te amo, Taylor. ── Rió el chico, tomando su rostro entre sus manos con delicadeza.
Ambos compartieron miradas antes de reírse a más no poder por sus nervios incontrolables.
── ¿Por qué tardamos tanto en decirlo? ── Repusó Taylor con gracia, pasando una mano por su cabello.
── No lo sé, solo que me encanta que lo hayamos hecho. ── Suspiró con amor, dándole un rápido beso en los labios antes de alejarse suavemente ── ¿Me prometes que seguiremos juntos aún después de la escuela? ──
Retomó el tema, intentando entenderse ahora con más calma y no a mitad de un ataque de ansiedad.
── Lo prometo. ── Dijo firme.
Para ambos, el haberse tardado tanto en decirse un simple te amo solo lo hizo más tierno y especial para ambos. Compartieron un abrazo, antes de darse un último beso y volver a la habitación donde el resto de sus amigos estaban.
