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UNA PERSONA ATENTA A su alrededor era difícil de engañar y difícil de convencer con un mal plan. Este era el caso de Alice Midint, quién aún siendo una de las mejores amigas del chico más extrovertido de la casa más extrovertida no tenía ni una pizca de pena en cuanto a llevarle la contraria con cualquier cosa.
Esto esta involucrado que si sabe que un plan para una broma no es bueno, lo dirá. Y tendría el apoyo de Lupin.
Esto era algo sumamente común que siempre se veía por la sala de Gryffindor, el desorden y ruido de los Merodeadores mientras Alice se limitaba a mirarlos y evitar que se maten. Cuando todos eran animagos menos tú lo único que te quedaba hacer era ser la responsable del grupo.
── ¡Canuto! ── Gritó Remus, bajando las escaleras mientras corría rapidamente persiguiendo un perro negro con un suéter entre los dientes que probablemente (era) del licántropo.
No había nada nuevo ese día, así como no había nada nuevo en ver a un gato naranja con cicatrices y ojos verdes persiguiendo a Remus por las escaleras. Marlene, la cual estaba sentada detrás de Alice trenzandole el cabello, se puso de pie y también se puso a perseguir al perro negro junto con Remus y el gato naranja.
La puerta de la sala común se abrió, dejando que un Gryffindor con lentes entrase en ella con una sonrisa más tonta de lo usual y una chica de afro y piel morena detrás suyo.
El perro dejó de jugar con los dos adolescentes para transformarse en Sirius y dejar de morder el suéter de Remus, el cual lo tomó en sus manos con el ceño fruncido.
── ¿A quién viste o qué te dejó así? ──
── Probablemente estaba con Taylor, se ve en su mirada. ── Dijo Alice, dando una rápida mirada de reojo y sonriendo para si misma.
El rostro de Marlene se puso rojo de rabia haciendo que camine hacía James con intenciones de romperle los lentes a base de golpes. Mary, la cual estaba detrás de James, rápidamente se puso delante de él para que la rubia no hiciera nada de lo cual claramente no se arrepentirá.
── Si le pones un dedo encima a mi hermano... ──
── Si, lo sabemos Mar Mar, lo sabemos. ── Calmó Mary con voz medianamente nerviosa. ── Es solo que James está...──
── ¿Enamorado? Apenas y lo conoce. ──
── No estás ayudando Remus. ──
── No planeaba hacerlo. ──
── Bueno, puede que le llame la atención. ── Dijo Peter en un intento de ayudar. Todos lo miraron sin entender. ── Es cómo, no lo conoce lo suficiente para saber que le gusta, así que puede cambiar o empeorar su supuesto enamoramiento. ──
── Voy a matarlo. ── Marlene paso de lado a un costado de James, dándole un golpe en el brazo y salió de la sala común.
── Y esa fue la última vez que vimos a Marlene está semana. ──
El gato naranja que se estaba pasando entre las piernas de Remus, se transformó en Oliver, el cual inmediatamente pasó sus manos por el cabello.
── Tengo muchas dudas y no tendremos respuestas hasta que el ciego de allá vuelva a la tierra. ──
Los Merodeadores lo tomaron del brazo y lo llevaron al habitación con la M en la puerta. Lo tiraron sobre su cama, haciendo solo que este estallara en carcajadas.
── Está loco. ── Concluyó Peter. ── Muy bien, me voy a quedar con su colección de vinilos de ABBA. ── Se dio media vuelta.
── Yo quiero su tratamiento para el pelo. ── Agregó Sirius sin darle importancia, siguiendo a Peter.
James salió de su trance. ── ¡Oigan, no, mis cosas! ── Se sentó en la cama.
── Oh, mira, no sabía que la esquizofrenia tenía cura. ── Volvió a decir Sirius. Remus le dio un codazo.
── Los vinilos se quedan conmigo hasta en la tumba. ── Se quitó los lentes y los dejó en la mesa de noche antes de volver a acostarse en la cama mirando al techo. ── ¿Puedo preguntar porque estoy aquí? ──
── Marlene te quiere matar por estar fantaseando con su hermano. ── Resumió Remus, como si no tuviera importancia.
── ¡Yo no estoy fantaseando con nadie! ── Se intentó defender James, sonrojándose y manteniendo una mueca indignada.
── No somos tontos, los ves con ojos de amor. ── Dijo Sirius como si fuera obvio.
Había algo en su voz que le disgustaba admitir que a James le podría llegar a gustar Taylor. Peter y Remus lo voltearon a ver como si hubiera dicho algo que no debía.
James hizo una mueca y volteó la cabeza sin mirar a sus amigos, el aire de la habitación cambio a sentirse a uno tenso y triste. Remus lo sabía. Se sentó alado de sus piernas y le dio una palmada en el brazo.
── Oye, ¿qué...? ──
── No me quiero enamorar. En serio, no lo quiero. ── Frunció el ceño, reteniendo un sentimiento. ── Todo lo que siento es lindo, me hacer reír y me escucha, el también parece seguro y cómodo conmigo. ──
── James...──
── ¿Y-y si estoy mal? , ¿qué tal si de nuevo me estoy equivocando? ── Se sentó en la cama abruptamente. ── Probablemente estoy confundiendo todo...──
── James. ── Remus lo abrazó, haciendo que dejé de hablar. ── Está bien, sabes que no estás solo. ── Se escuchó un sollozo. ── No fue tu culpa. ──
Oliver volteó a ver a Sirius, dándole una mirada profunda con odio que rápidamente fue correspondida. Ambos miraron al castaño mayor consolar a su amigo, el cual sollozaba lamentos hacía si mismo.
── Tengo que... ──
── Cállate. ── Dijo Oliver serio. Nunca era así. ── Tu sabes que hiciste. ──
── ¿"Qué hice"? ──
── Ustedes dos, callense. Hay que dejar a James y Remus solos. ── Peter los tomó de los brazos y los sacó de la habitación.
Había un aire tan incómodo en la zona al no estar James o Remus, dando a entender que eran los pilares para mantener al grupo junto. Se llevaban bien entre todos a excepción de Sirius y Oliver, los cuales siempre tuvieron una rivalidad menor que explotaba en los momentos tensos que involucraban a los pilates.
Tal como la vez que Oliver le dejó un ojo morado y la nariz rota por dos semanas a Sirius cuando se enteró de la broma de quinto año.
