El Incendio

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La gata gris avanzó a paso apresurado hacia la maternidad mirando constantemente hacia atrás, consiente de que las llamas no tardarían nada en alcanzarla a ella y a sus compañeros, que avanzaban desesperados, apretujándose en la pequeña entrada de arbustos y zarzas que aún no se empezaban a quemar.

Un denso humo grisáceo oscuro como las nubes de lluvia cubría todo el campamento, haciendo imposible para la curandera ver más allá de su nariz. Corriente Amarilla estaba tranquilizando a sus dos cachorros, intentando mantenerse serena pese al peligro que corría.

– Ya todos están saliendo, ¡vamos! – Exclamó Corazón Brumoso antes de toser con fuerza.

La reina tomó a uno de sus cachorros y la curandera tomó al otro, afirmándolo como si de ello dependiese su vida. El aire se estaba volviendo demasiado denso para respirarlo y un poco de miel podía arreglar eso, pero las intensas llamas se meneaban de un lado a otro, expandiéndose cada vez más y destruyendo el hogar del Clan del Trueno.

– Por el Clan Estelar, ¡Los Dos Patas son los únicos que pueden apagar este incendio! – Pensó la gata gris, entrecerrando sus ojos verdes que empezaban a arderle con tanto humo, al igual que pasaba con su garganta.

Corriente Amarilla probablemente ya había avanzado mucho más que ella, pero era difícil de saber con tan poca visibilidad. Gran parte del clan ya estaba en un lugar más seguro, por lo que su única preocupación era llegar a salvo con el cachorro de la reina amarillenta.

A medida que pasaban los segundos, Corazón Brumoso sentía como el nudo en su estómago empeoraba: ¿Y si el fuego la alcanzaba antes?

No se atrevía a dejar de avanzar y ver que había sido de su campamento.... su único hogar...

El humo parecía ser infinito hasta ahora, y por cada paso, Corazón Brumoso se sentía más débil y el aire que respiraba era cada vez menor, al punto de casi no poder respirar más que humo gris oscuro, casi negro.

Sin embargo, la curandera sintió un enorme alivio al reconocer la cola negra de Canción de Cuervo a pocas colas de distancia, donde el humo era menos denso.

El guerrero oscuro maulló de alegría al ver a la gata gris y al cachorro de Corriente Amarilla con vida, y les señaló el camino a la frontera con el Clan del Río, donde habían acordado juntarse todos.

– Nuestro hogar se ha quemado...– Canción de Cuervo maullo entre lágrimas, con la cabeza cabizbaja.

Corazón Brumoso sintió la angustia en la voz de su compañero de clan, y no pudo evitar echarse a llorar al pensarlo: El Clan del Trueno era su hogar, el único lugar que conocía. Había nacido, crecido y había dedicado toda su vida al clan.

Y ahora el fuego lo había destrozado.

Los Gatos guerreros - Historias De Los ClanesWhere stories live. Discover now