9. Tarde

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La llamada con Dehya y Candace dejó a Kaveh pensando un buen rato. En retrospectiva, jamás había visto a Alhaitham borracho, ni siquiera ligeramente risueño por una copa; lo que lo llevaba a pensar que quizás era difícil que el alcohol afectara su sistema en primera instancia, y que seguramente debía beber cantidades infernales para alcoholizarse como era debido y comenzar a mostrar el lado que sus amigas tanto describían.

Hacía casi dos horas que había colgado y aún daba vueltas al asunto, poco le importó su desayuno. El reloj marcaba las 11 de la mañana y sabía que en cualquier momento su celular estaría a reventar por culpa de su madre y los padres de Alhaitham — a quienes se rehusaba a llamar suegros, a pesar de la insistencia de, prácticamente, cualquier persona.

Muy a su pesar, se levantó de la cama y se estiró tanto como pudo. El sol le besaba la piel a través del cristal en sus ventanas y le recordaba que el verano estaba en pleno apogeo.

Caminaba hacia el baño cuando recibió un mensaje de Tighnari, quien se supone llegaría a medio día a su casa.

"Kaveh," ponía el texto, "mi vuelo está terriblemente atrasado. Iba a tomar un barco, pero tomaría igual o más tiempo."

El rubio comenzó a teclear con rapidez alguna consolación, pero fue interrumpido.

"Llegaré a tiempo para la fiesta de tu padre, pero no alcanzo a ayudarles con los preparativos como te dije. Lo siento."

Una vez más, quiso responder, pero Tighnari se le adelantó. Empezaba a sospechar que se lo comía el nerviosismo, pues la velocidad con la que escribía no era ni mínimamente normal.

"Por cierto, llevo compañía. ¿Está bien?"

Kaveh alzó ambas cejas con sorpresa. Borró sus mensajes a medias y redujo todo a un solo texto más conciso.

"Está bien, Tighnari. No te preocupes, les esperamos en el Gran Bazar a las cinco."

El chico le agradeció a montones y Kaveh se dispuso a comenzar su día, pues a falta de las manos extra, lo más seguro era que les tocara irse más temprano a prepararse.

— Buenos días — saludó al aire.

Se detuvo en seco. ¿Y Alhaitham?

Lo buscó con la mirada, pero no se veía rastro de su presencia. Ambas llaves estaban juntas, la sala y cocina vacías, el baño desocupado. ¿Es que seguía dormido? Por mucho que el hombre deseara evitarse problemas y ahorras energía, era igual de madrugador que Candace y Dehya.

Cada que Kaveh creía haberse despertado más temprano, se daba de topes contra la pared al ver a Alhaitham sentado en la cocina, leyendo cualquier cosa y con la segunda taza de café a la mitad. No soportaba una más de sus supuestas victorias ser destrozada con un "buenas noches", por lo que se dio por vencido y se dedicó a despertarse solamente a su hora debida.

Dejó su toalla sobre un sillón y se apresuró a la habitación de Alhaitham, albergando con emoción la esperanza de haberle ganado por primera vez. Cuando abrió la puerta, necesitó toda la fuerza de su cuerpo para no gritarle que era un pobre perdedor y despertarlo del sueño tan profundo en el que se encontraba.

Una vez la nube de euforia que nublaba su juicio se esfumó, notó que Alhaitham estaba dormido, cubierto hasta las orejas y tenía la cara roja.

Se acercó despacio hacia a él y, después de revisar que su mano no estuviera demasiado fría, la colocó sobre su frente. Su temperatura estaba un encima del promedio, pero no mucho. Esperaba que, despertándolo y obligándole a ducharse con agua fría, de regularizara y llevaran el resto del día con normalidad.

De Anillos y Promesas | HaikavehWhere stories live. Discover now