Capitulo 13

518 87 8
                                    

Una parte de mí no quería preocuparse por eso y simplemente dejarla allá afuera, pero mi lado médico me impedía ver a alguien en ese estado y no hacer nada, sabiendo que podría enfermarse. O tal vez yo solo estaba tratando de engañarme pensando que quería lo peor para ella, cuando claramente todavía me preocupaba.

Tomé mi abrigo de nuevo y salí de la casa antes de pensar mucho al respecto, porque yo sabía que, al final, haría lo mismo.

-¿Qué estás haciendo ahí afuera? - pregunté, parada frente a la casa, hablando con un tono alto para que ella pudiera escucharme a través del fuerte viento, dudando si acercarme o no.

Rosé obviamente se asustó, saltando desde donde estaba. Medio torpe, se puso de pie, teniendo que apoyarse en mi coche cuando su cuerpo tembloroso por el frío se negó a afirmarse.

-Esperando un taxi - ella respondió apenas.

-No hay taxis en esta zona y con...

-Llamé a una empresa. Dijeron que podría tomar un tiempo.

-Y con esta tormenta - continué como si no hubiera sido interrumpida, -no conseguirás taxi en ninguna parte.

Resoplando irritada, Rosé lanzó algunas miradas a la calle desierta, como si esperara que un taxi surgiera de la nada, pero pronto se rindió cuando vio que era una esperanza sin fundamento.

-¿Podrías decirme en qué lado queda Flagstone?

-¿Flagstone? - exclamé, olvidando completamente de mantener la postura distante que tanto me esforcé por mostrar, solo por escuchar ese nombre. -¿Estás en Flagstone?

-Sí - respondió Rosé retrocediendo un paso cuando me acerqué involuntariamente.

-Ese es un motel, Rosé -. Pero luego, antes de que siquiera las palabras terminaran de salir de mi boca, algo se me ocurrió. Algo en lo que prefería no pensar. -¿Viniste con alguien?

Solo entonces, al estar cerca de Rosé, pude ver mejor su rostro que la calle oscura cubría con sus sombras. Y con una opresión en mi pecho me di cuenta de que ella había estado llorando. No había lágrimas en su rostro, pero sus ojos rojos e inchados lo hacían evidente. Saber que había sido por mi culpa, por más que la despreciara en ese momento, me hizo sentir muy mal.

-Lo siento mucho - murmuré, sin saber muy bien qué otra cosa decir. Pero antes de que pidiera disculpas por haberla hecho llorar, retrocedí a tiempo para no dejar que se diera cuenta lo mucho que aún me afectaba, recuperando mi postura firme y distante. -Eso no es de mi incumbencia - completé, refiriéndome a la pregunta hecha anteriormente.

Me estaba alejando nuevamente cuando su voz me detuvo.

-No he venido con nadie - ella se apresuró en hablar, haciendo que yo me volteara en su dirección una vez más. -Yo solo... Flagstone fue el único que encontré que no necesitaba reservación antes.

No quería su explicación. La vida de esa persona ya no merecía mi respeto. Aún así, saber que ella estaba sola me hizo sentir un poco mejor. Aunque eso no significara que ella estuviera soltera. Solo que había venido sola.

Pero, considerando que ella me había enviado esa fatídica carta hace unas tres semanas, dudaba mucho que estuviera saliendo con alguien. Por otro lado, viniendo de Rosé me esperaba cualquier cosa.

-Flagstone queda a unos tres kilómetros de aquí - respondí. -Y además de que el camino es peligroso para ir a estas horas, ese lugar no es para ti. Creo que deberías aceptar la invitación de Jennie y quedarte aquí.

-No quiero molestar - ella comentó, echando un vistazo a la casa atrás de mí. -La madre de Jennie está preocupada por su hija, obviamente, y una visita en casa ahora no va ayudar. Ni siquiera me dejó que la ayudara para darle un baño a Jen cuando me ofrecí.

DULCE PECADO |CHAELISA| ADAPTACIÓN G!PWhere stories live. Discover now