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Ishani Cross

El medio día dio con Zade entre mis piernas, chupándomela.

Cuando desperté no estaba conmigo, pero al salir del baño su cuerpo arremetió contra el mío y no me ha soltado desde entonces. No me molesta, pero hoy tengo planes.

Jadeo recomponiendo mi respiración, cuando se tira a un lado mío.

—¿a dónde vas? — me jala hacia su cuerpo, encerrándome en sus brazos cuando me quiero levantar. Repartiendo besos mientras sus manos juguetean con mis pezones.

—eso no es asunto tuyo. — No tengo porque darle explicaciones.

No dice nada, me da una sonrisa ladeada mientras aprieta mi pezón, jalándolo y volviendo a apretar.

Lo manoteo buscando escapar, pero quedo en vano, ya que tiene más fuerza que yo.

—No debe ser mejor que esto— besuquea mi cuello— ¿en qué vas a desperdiciar lo que te queda de la semana?

—Como vaya a perder mi tiempo— muerdo sus labios— no debe importarte.

—te equivocas— alega, con el ceño fruncido a mis tetas— Si me impide estar entre tus piernas, claro que importa. — me besa.

Dejo que prolongue el beso y que sus manos se paseen por mi cuerpo por un rato que disfruto.

—Zade— lo alejo— suéltame.

Me mira mal, pero lo hace. Salgo de la cama con el observando cada paso que hago. Se que no se va a quedar con la pregunta, cuando cruza los brazos sobre su pecho.

—¿A dónde diablos vas? — se molesta.

—¿perdón? ¿Es que tengo cara de la patética de tu esposa? — lo encaro— Lo diré una última vez. No es tu maldito problema.

Salgo de su habitación dando un portazo. Maldito, mil veces maldito.

Hay dos cosas que Zade odia demasiado. Uno, que las cosas no se hagan como y cuando a él le dé la puta gana. Dos, que le recuerden que está casado.

Zade odia a su esposa. Y lo entiendo, que le fuera infiel y luego lo buscará diciendo que estaba esperando un hijo suyo, para casarse y que luego se lo sacará, no es como para estar contento.

Cayó en su maraña de mentiras.

El hijo, estamos consciente, que no era de Zade, si hubiera sido así, jamás se hubiera desecho de él.

Pero eso tampoco es asunto mío.

Me ducho y arreglo por la siguiente hora, escuchando a Zade en la sala haciendo quien sabe qué. Cuando ya estoy lista tomo mi cartera y salgo de la habitación.

Zade esta justo frente a su puerta, de brazos cruzados, jugando con las llaves de su coche en mano.

—ah no. — empiezo — ni lo sueñes.

Me voy de largo, ignorándolo. Pero el que se me pega a la espalda cuando salgo de la suite, me sube la colera.

No pensará....

En el elevador trato de ignorarlo. Pero el que este con su cara seria, mirando con molestia el celular, me prende. No sé qué tengo con su cara enojada. Me encanta como sus facciones se endurecen y como sus ojos parecen lanzar dagas a diestra y siniestra.

Lo detallo notando lo bien que le queda el pantalón gris. Está vestido casual dejando de lado los trajes, pero conservando la elegancia.

Las mangas del polo blanco que trae se les pegan a esos fuertes brazos, dejando al descubierto los tatuajes que le cubren el brazo izquierdo. Opto por solo ponerse un reloj y los anillos de casado se los quito.

AMANTESTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang