Detalles de Amor

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En la penumbra del castillo de Hogwarts, Draco y Harry encontraban refugio en los rincones más recónditos, lejos de las miradas curiosas y los prejuicios del mundo exterior. Draco, con sus cabellos rubios como el oro y sus ojos grises que reflejaban tormentas internas, contrastaba con la serenidad y la determinación de Harry, cuya cicatriz en forma de rayo recordaba las batallas que había librado.

Entre ellos había un vínculo que trascendía las palabras, una conexión que se forjó en los momentos de peligro y los desafíos que enfrentaron juntos. Harry encontró en Draco un compañero inesperado, alguien que desafiaba sus expectativas y lo desarmaba con su vulnerabilidad oculta. Y Draco, a su vez, descubrió en Harry un faro de esperanza en medio de la oscuridad que había rodeado su vida. Ambos encontraron algo inesperado en el otro: amor y comprensión. Aunque su pasado estuvo marcado por diferencias y conflictos, descubrieron una conexión profunda que trascendía las divisiones del pasado.

Su relación era como un equilibrio perfecto, donde las fortalezas de uno complementaban las debilidades del otro. Harry, con su valentía y su determinación inquebrantable, protegía a Draco de los peligros del mundo exterior, mientras que Draco, con su astucia y su ingenio, guiaba a Harry a través de los laberintos de la política y la intriga.

Los gestos de amor entre ellos eran sutiles pero profundos. Desde las miradas cargadas de significado hasta los roces fugaces de las manos, cada gesto era un testimonio silencioso de su amor mutuo. Y cuando las palabras no bastaban, encontraban consuelo el uno en el otro, compartiendo secretos y temores en la intimidad de la noche.

Pero a pesar de su felicidad, las sombras del pasado aún acechaban. Los amigos de Harry, preocupados por la reputación de Draco y su pasado turbio, comenzaron a cuestionar la sinceridad de su relación. En la sala común de Gryffindor, Ron y Hermione se acercaron a Harry con expresiones preocupadas en sus rostros.

"Harry, necesitamos hablar contigo sobre Draco", comenzó Hermione, mirando a su amigo con seriedad.

Harry frunció el ceño, sintiendo un nudo en el estómago. "¿Qué pasa con Draco?"

Ron intercedió, su tono cargado de preocupación. "Harry, hemos estado observando su relación y nos preocupa que pueda estar utilizando tus sentimientos para manipularte".

Harry se enderezó en su asiento, sintiendo una mezcla de sorpresa y furia. "¡Eso es absurdo! Draco y yo nos amamos de verdad, no está manipulándome".

Hermione intentó calmar los ánimos, pero sus palabras fueron firmes. "Lo entendemos, Harry, pero su historial y sus acciones pasadas no son precisamente ejemplos de honestidad y lealtad".

Harry apretó los puños, su temperamento empezando a elevarse. "¡Eso es el pasado! Draco ha cambiado, y si ustedes no pueden ver eso, entonces no sé qué más decir".

Ron suspiró, tratando de encontrar las palabras adecuadas. "Harry, solo queremos protegerte. No queremos verte lastimado de nuevo".

Pero Harry ya había tenido suficiente. Se levantó bruscamente de su asiento, mirando a sus amigos con determinación. "No necesito que me protejan de Draco. Él no es como piensan, y si no pueden aceptar eso, entonces tal vez deberían alejarse de mí".

Hermione y Ron intercambiaron miradas preocupadas, pero su convicción no se desvaneció. "Lo siento, Harry, pero no podemos quedarnos callados mientras creemos que te están manipulando", dijo Hermione con firmeza.

Harry, frustrado y herido por la falta de confianza de sus amigos, salió de la sala común, dejándolos con sus pensamientos. Sabía que sería difícil convencerlos, pero estaba decidido a demostrarles que su amor por Draco era real y sincero, sin importar cuánto tiempo les llevara entenderlo.

Decididos a confirmar sus sospechas, Ron y Hermione se propusieron observar de cerca la relación entre Harry y Draco. Se escondieron discretamente en los pasillos del castillo, esperando captar algún gesto o acción que respaldara sus preocupaciones.
Durante días, vigilaban cada interacción entre Harry y Draco, buscando evidencia de manipulación o engaño. Sin embargo, en lugar de encontrar lo que esperaban, presenciaron momentos de ternura y apoyo mutuo que desafiaban sus creencias preconcebidas.

En una ocasión, vieron a Draco preocupado y atento mientras ayudaba a Harry a estudiar para sus exámenes finales, explicándole pacientemente los conceptos más complicados y alentándolo a no rendirse. Otra vez, observaron cómo Draco defendía a Harry de los comentarios hirientes de otros estudiantes, demostrando una lealtad inquebrantable hacia su pareja. En otra ocasión, cuando Harry estaba enfermo, Draco se desvivió por cuidarlo, preparándole pociones curativas y leyéndole en voz baja para ayudarlo a conciliar el sueño. En otro momento, cuando Draco enfrentaba problemas familiares, Harry estuvo a su lado, brindándole apoyo emocional y consuelo.

Cada gesto de Draco hacia Harry estaba impregnado de sinceridad y amor genuino, y Ron y Hermione no pudieron evitar sentirse conmovidos por lo que presenciaban. A medida que continuaban observando, comenzaron a cuestionar sus propias creencias y prejuicios, preguntándose si habían juzgado mal a Draco todo este tiempo.
Finalmente, Ron y Hermione se miraron el uno al otro, asimilando la verdad que acababan de presenciar. "Creo que nos equivocamos, Hermione", dijo Ron con sinceridad. "Draco realmente ama a Harry".
Hermione asintió, con una sonrisa de complicidad. "Sí, Ron. Parece que subestimamos la capacidad de Draco para cambiar y amar de verdad. Creo que debemos disculparnos con Harry y aceptar su relación con Draco".
Con el corazón lleno de humildad y gratitud por la lección que habían aprendido, Ron y Hermione se dispusieron a buscar a Harry para expresarle sus disculpas y su apoyo con su relación con Draco.

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