Eres un regalo

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La mujer pelirroja se había quedado recargada sobre su puerta tratando de procesar la reciente situación.

“Astrid”

¿Quien era ella?, ¿Acaso era o es la novia de Hiccup?, ¿Por qué la estaba usando para olvidarla o para recordarla? Lo que fuera, no podía soportar la idea de que el hombre que llegaba a querer, a amar pronunciaba otro nombre mientras la besaba.

No lo aguantaba.

Se dejó caer sobre el piso de madera, con la mente en blanco. Finalmente escuchaba que alguien tocaba su puerta e inconscientemente abría la puerta con la esperanza de ver esos ojos verdes una vez más.

Grande fue sorpresa cuando vio a uno de los mensajeros del rey.

—Eres tu, Derek.

El moreno sonrió —¿Me extrañabas?— intento entrar a la casa pero la mano de ____ se lo impidió.

—¿Que quieres? No estoy de humor está noche.

El muchacho chasqueo con la lengua rápidamente —Me imagino que tiene que ver con el chico de armadura rara, ¿No es así?— sus palabras lograban tomar por sorpresa a ____.

—No me mires así, sabes que la gente es muy... Comunicativa.

Trago saliva, deseaba que el tonto de ese reptil no se haya transformado cerca ni lo hayan visto.

—Solo venía a decirte que el rey solicita tu presencia inmediatamente.

—¿Ahora?

— ¿Tu que crees?— con tono molesto.

Suspiro, se dirigió hacia su arco para llevarlo consigo y seguir finalmente a Derek en aquella noche. Solo podía mirar el cielo nocturno rezando por qué no fueran malas noticias, nunca se sabía con ese hombre.





Hiccup aterrizaba de golpe abandonando su forma rápidamente, no sabía cómo había llegado después de la impresión pero ya estaba ahí, en el mundo Oculto. Los dragones al sentir su presencia gruñían y se reunían para verlo detenidamente.

Después de estar apoyado un buen rato sobre las rocas luminosas se reincorporo, trataba de calmar su corazón mientras su mente solo traía miles de recuerdos.

—Por años... rogué a los Dioses por qué me dieran una señal, que me dijeran si fui alguien.

Miró de reojo a una de las furias luminosas que se acercaba lentamente.

—Pero ahora, no se que hacer. ¿Por qué yo?, ¿Por qué no pudo dejar reunirme con mi padre en el Valhalla?.

La dragona lamió su mano tratando de consolarlo, los ojos azules le recordaban tanto a los de Astrid, de la rubia que había amado en vida. Bueno, antes de perderla y recuperarla de nuevo.

Sin embargo aunque sintiera melancolía al recordar a Astrid, sentía que los sentimientos hacia ella fueron reemplazados por los que sentía hacia ___.

Aunque dentro de el, había algo diferente, todos esos años le habían dado tanta libertad como soledad, tanto dolor y felicidad. Sin duda se sentía furioso por ser usado, como un soldado sin mente.

El siempre amo a los dragones, dió su vida por uno. Aunque jamás imagino que eso le condenaría a una vida de eterna vigilia.

De la palma de su mano emergieron unas brasas de calor, deseaba saber el por qué, ¿Cuál era la maldita necesidad de eliminar sus memorias? Fácilmente pudo cuidar de los dragones con sus recuerdos intactos. ¿Pero que ganaba Zolarium al arrebatarlos?.

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𝑀𝑒𝑚𝑜𝑟𝑖𝑎𝑠 ¿𝐸𝑠𝑐𝑜𝑔𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑑𝑖𝑡𝑜𝑠?-𝐸𝑛 𝑃𝑟𝑜𝑐𝑒𝑠𝑜 Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang