¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
° ° ° ° °
Tom Holland.
Estaba tranquilamente caminando por uno de los pasillos de la universidad, hoy viernes tenemos clases de Filosofía, hoy mí mejor amigo no le tocaba conmigo, así que hoy estaría solo, estaba casi por llegar hasta que me encuentro con Megan, la chica más hermosa que puede existir, ella es castaña, tiene esos ojos color miel y una mirada que me enamora, es perfecta, su cuerpo es tallado por las diosas, ella es tan Sexy.
— ¿Acabas de decirme sexy?. — sonrió burlona mientras levantaba una ceja, al escuchar su voz y que estaba frente a mí quedé sorprendido.
— Ok, dije sexy en voz alta, eres un estupido Holland, me digo a mí mismo— Y-yo… aamm.
— Creo que a tu supuesta noviecita no le gustará escuchar eso ¿O si?. — dice irónica.
— Cla-claro que no…— tartamudear es mí pasión, maldición— Pe-perdón no quise ofenderte.
— No me ofendes, oye, tengo una fiesta en la playa esta noche, si quieres puedes ir con tu supuesta novia.
— ¿Porque dices supuesta novia?.
— Porque tu eres mujeriego Holland, no te he visto con ninguna misma chica y muchos dicen que gustas de mí pero…— la interrumpí.
— Estás con el idiota de Eiden y siento que estás con él solo para darme celos. — ¿Qué acabo de decirle?.
— Yo no estoy enamorada de ti Holland.
— ¿Segura? — ella asiente con la cabeza y yo la miro con los ojos entrecerrados, me acerqué a ella.
— ¿Qué te hace pensar que lo estoy?.
— Cuando estás con él me miras, lo acaricias, lo besas, lo abrazas…¿Sigo?— seguí acercándome a ella hasta hacerla chocar contra una pared.
— No es cierto
— Suelto una pequeña sonrisa y la miro a los ojos— estás nerviosa.
— Claro que no — me empuja y entra al aula.
Acomode mí mochila en el hombro y humedezco mis labios con la punta de mí lengua, entro al aula, me siento en mí lugar y empiezo a sacar mí libro.
La dos horas de filosofía de hizo larga, así que ya me fui directo al auto para irme a casa, moría de hambre, al llegar sentí un rico olor por los aires, al entrar a la cocina me di cuenta que eran Sam y Laia, estaban juntos sonriendo así que los interrumpí diciéndoles que hable con Megan y le pregunté a mí cuñada si ya estaba lista para esta noche, ambos dejaron de sonreír y se miraron unos segundos, Laia me miró.
