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El ministerio ha caído

Durante el verano de 1997 Dora y el profesor Lupin se casaron. Fue un día hermoso, el sol brillaba por el jardín de la casa y las flores de distintos colores adornaron el lugar.

La boda fue extremadamente pequeña, dado a la situación en la cual nos encontrábamos. Dora me pidió ser su dama de honor, me sentí extremadamente feliz por ello.

Observo mi reflejo en el espejo el vestido es amarillo pastel con pequeñas flores por todos lados y no tan largo. Creo que jamás he usado algo tan colorido, mi familia se inclinaba por usar colores más oscuros. Mi cabello rubio ahora me llegaba hasta mi espalda baja, lo he dejado crecer.

—¿Nymphandora Tonks cuanto te falta? –grita mi tía Andromeda a través de la puerta para que Dora la escuche. Esta se negó a que cualquiera la ayudara a arreglarse, ella podía sola.

—¡No me llames Nymphandora! Y me queda poco, ya voy. –respondió.

Me encuentro un poco nerviosa por bajar y saber sobre los invitados. Probablemente este Potter y los Weasley, no es que yo les agrade mucho.


Dora salió de su habitación con un vestido no tan largo para ser de novia, se podían ver sus zapatos, los cuales eran unas botas de taco color lila, su cabello estaba café y su rostro expresaba felicidad.

Apenas salió, su madre la abrazo y yo le sonreí —Te ves preciosa Dora –le dije.

—Gracias Cass, estoy muy emocionada.

Su madre bajo primero, luego yo y finalmente la novia. Al llegar al jardín observe a los invitados, estaba Potter, los Weasley, Hermione y aurores.

La tía Dromeda se sentó junto a su marido en la primera fila, el profesor Lupin se encontraba en el altar con sus mejores ropas y luciendo nervioso, estaba solo. Yo camine por el pequeño pasillo que llevaba al altar y me pare cerca del lugar que debía ocupar Tonks. Ella entró caminando torpemente con una sonrisa, tropezando más de una vez.

La boda pasó con alegría para la pareja y sus amigos. Todos brindaban y sonreían. Pero para mi fue solo un recordatorio de lo sola que estaba.

No conocía a estas personas, no soy parte de ellos. Soy una extraña en este momento. Las miradas de Ron, Harry y Hermione no pasaban desapercibidas. Tenían muchas preguntas.

La noche ya había llegado y la mayoría de las personas estaban comenzando a irse, ya que era un poco peligroso andar por allí hasta muy tarde. Yo me encontraba a dentro de la casa para no interrumpir. Me encontraba sentada en el pequeño pero cómodo sillón y leyendo un libro muggle que el tío Ted me dio, cuando Hermione entró con desconfianza y se sentó a mi lado.

—¿Qué haces aquí? –preguntó exigente.

—Estoy en la boda de mi prima. —respondí con simpleza.

—¿Y dónde están tu grupo de mortífagos?

—Estoy sola. —conteste un tanto enojada.

—¿Segura? No me sorprendería que tu hermano o novio estén por allí tratando de matar a más inocentes. 

Me levante con brusquedad del sillón —No te atrevas a hablar de mi hermano o Theo. No sabes por lo que hemos pasado.

Ella también se levantó —¿O si? Todos hemos pasado por cosas, pero tu decides de que lado estar, ellos y probablemente, tu también, están allí por que quieren.

—Las cosas no son tan fáciles para nosotros, no sabes nada. —respondí al borde de las lágrimas.

Ella al ver mi estado bajo un poco su tono de voz y dijo —¿Qué haces aquí?

—Estoy viviendo aquí —le conteste lentamente y con sinceridad
—Deje mi casa, mi familia, a mi amigos y a mi amor.

Me miro con confusión —¿Qué, cómo?

—Si seguía en esa casa terminaría loca. No soportaba más ese ambiente. Theo me ayudo a escapar y me trajo aquí.

—¿Nott conoce esta ubicación? ¡Estamos en peligro!

—¡El no dirá nada, me está protegiendo!

—¡Te está usando para encontrarnos!

—¡El no es así!

Ambas nos quedamos calladas durante un rato, tan solo mirándonos.

—¿Estás bien? —me pregunto.

—No lo sé, extraño a Theo, me siento acogida por mis tíos pero ahora mismo me siento bastante fuera de lugar.

No respondió por un momento.

—No le diré a los chicos que Nott sabe sobre este lugar. —Finalmente dijo.

—Gracias.

                                                                                                    ***

27 de julio de 1997.

Hoy Tonks y Remus fueron a una misión de la orden, dejándome sola con mis tíos.