Capítulo 7

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(Narrador omnisciente).


Luego de la cena con Nani, se dirigieron directamente a su casa. Win estaba apunto de entrar, cuándo su acompañante le avisó que lo vendría a buscar Dew, para volver a la fiesta. Win asintió con la cabeza y se despidió de él.

Como pudo, subió las escaleras en dirección a su dormitorio bastante cansado, y se dejó caer en su cama.

Pasó demasiado tiempo tratando de poder dormir. Juraba que hoy podría hacerlo, luego de la charla que tuvo con su ahora: amigo. Sin embargo, no pudo.

"Esto no tiene sentido" fue lo último que pensó, para después cubrirse la cabeza con su almohada (algo que se le había vuelto una costumbre hacer).

Win estaba completamente equivocado al pensar que lograría volver a descansar plenamente. Algo más profundo le sucedía por dentro, que no lo dejaba dormir por las noches, y él no lo quería aceptar.

Y su jodida conciencia, como castigo, le hacía padecer noches de insomnio... Aquellas desveladas, eran dedicadas a una sola persona; y tenía nombre.
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—¿Cómo que no podrás quedarte? —preguntaba Bright, decepcionado. Al parecer, últimamente ninguno de sus planes salían a la perfección.

Perdón, bro. Sólo iré a pasar la noche —decía Gulf, desde el otro lado de la línea.

—Está bien —contestó cortante—. Nos vemos.

Bro, ¿te enojaste? ¡Hey, no seas inmaduro! —repetía Gulf. Pero Bright, prefirió finalizar la llamada. Esto ya era algo personal.

Suspiró y apagó la pantalla de su celular, para apoyarlo sobre la mesa del comedor. Ahora mismo, él estaba ayudando a su mamá a decorar toda la sala para la noche de hoy.

—Mamá, ¿qué es esto? —preguntó Bright, al ver una extraña figura de porcelana dentro de la caja de adornos—. ¿Algún tipo de macumba?

—¡Bright! —la señora a su lado le dió una palmada en el hombro—. Es un muñeco de mi infancia.

Bright rio.

—Eso debería de estar en el museo de los Warren, no en las decoraciones de la casa —dijo, con humor. O tal vez no.

—Deja de decir barbaridades y ponte a trabajar. —Su mamá sacó aquél muñeco de la caja, y lo acomodó en una estantería que tenían en la sala. Bright la miró con desagrado.

—Mamá, vas a traumar a mis invitados con esa cosa a la vista. —Bright, inmediatamente fue callado por la mirada fulminante de su madre. Esa señora, a pesar de la diferencia de altura que tenía con él, siempre le iba a generar intimidad.

—Te callas. No le digas eso al pobre Dudu.

—¿Dudu? -preguntó Bright, reprimiendo las ganas de reírse de su madre—. Lindo... lindo nombre.

—¿Te quieres reír de Dudu? —preguntó su madre al instante, con absoluta seriedad, y Bright no logró evitar no reírse de la situación.

—Perdón, perdón... no puedo...

—Deja de reírte. Ahora cuando vengan tus invitados, vas a presentarle a cada uno a Dudu.

Bright paró su risa en seco.

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⏰ Last updated: Feb 09 ⏰

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