Capítulo 4

86 13 3
                                    


BRIGHT.


—¿Por qué siempre encuentras la forma de evitar esta conversación? ¿O vas a seguir fingiendo que no te morías por probar los míos? ¿Eh, Bright?
 
Si llego a probar de sus labios (lo cual últimamente me parecía totalmente nece-
sario hacerlo), no sé qué ocurriría entre nosotros. No sé qué ocurriría conmigo, y prefiero dejarlo así.

—No quiero perder tu amistad por un simple capricho, Win —aquello que dije lo dejó perplejo.

Mentía.
 
—¿Tú crees que un amigo actuaría como lo hiciste tú esa noche? —agregó con un tono serio—. ¿Y lo justificas con que es un simple capricho?

Esa noche..., ahora que lo recuerdo, estaba tan desesperado por tenerlo cerca mío que de un momento a otro lo había acorralado.
Todo había sido tan confuso, tanto mis acciones y pensamientos, como sus respuestas; su respiración, su mirada, su temperatura... mierda.
Sin duda, Win Metawin tenía cierto impacto en mí. De tan solo verlo, tocarlo o escucharlo, hacía surgir un sentimiento extraño dentro de mi ser. Y yo no me creía capaz de aceptarlo, él era demasiado bueno para mí. Tan así que, cuando decidió besarme, simplemente me dediqué a huir de ahí «o de él».

Cuando me separé de sus labios fue como si abandonara mi alma en ellos.
Salí de aquel baño un poco agitado, temblando con cada paso que daba, estaba en shock.  
Siempre había soñado en el momento del impacto, del roce pero, soñarlo era una cosa completamente distinta a vivirlo.

Win me había besado, y no había un guión.

Una vez que estaba apunto de irme, una chica que había pasado toda la noche pegada al lado mío, me detuvo.

—Phii, ¿ya te vas?

—Sí. —Intenté esquivarla, pero se interpuso en mi camino otra vez.

—Ahora que te vas, todo va a ser aburrido —dijo acercándose un poco más a mí—. Pero al menos me besaste, estoy satisfecha.

¿Qué tenía esta chica conmigo? Ni siquiera recordaba su nombre.

—No te quería besar a ti, lo quería besar a él —le hice saber y me apresuré a abandonar el lugar.

Como pude me mantuve consciente para llegar despierto a casa, ya estaba un poco agobiado por todo.

Cuando ya me encontraba allí, me dirigí hacia la ducha para refrescarme. Me encantaba hacerlo antes de irme a dormir, ya que para cuando me acostaba, caía rendido como un bebé.

Mientras me duchaba, mi celular iba reproduciendo mi playlist de spotify, mayormente en mi lista suelo tener canciones lentas porque disfruto ese tipo de ritmo.
Casualmente las personas eligen alguna música en particular porque se sienten identificados con la letra, o porque sienten algún tipo de conexión con la melodía; tal vez los transportan a algunos momentos significativos de su vida.
En mi caso, nunca tuve la oportunidad de sentir algún tipo de conexión, o es más, de sentirme identificado al menos con una.

Si no fuera por el agua que estaba malditamente fría, me hubiera quedado dormido en la ducha.

Una vez que terminé con el baño, me puse mi pijama y corrí directo a la cama.   
Cuando ya lo estuve, agarré mis auriculares que estaban encima de mi mesita de luz y me los coloqué para terminar la noche con un poco de música.
Y como dije antes, apenas lo hice quedé completamente dormido.

Luego de esa noche, inconscientemente nos alejamos poco a poco del otro.
Las únicas veces que nos escribíamos era para darnos felicitaciones por algún logro, solo eso: "felicidades", "gracias". Y no un: «pienso todos los días en ti», «te echo de menos».

BW REENCUENTROS Where stories live. Discover now