Seokjin estaba mejor que cualquier fantasía que Jungkook podría haber imaginado al estirarse contra él, con la pierna apoyada en el taburete. Deslizó su resbaladizo puño hacia arriba y hacia debajo de su carne dura, y con cada húmedo deslizamiento, Jin golpeaba sus caderas hacia delante... era hermoso de ver.
—Abre los ojos y mira lo increíble que eres —dijo.
Una vez que los pesados ojos de Seokjin se abrieron y encontraron los suyos, Jungkook bebió con avidez de sus ojos. Sus cabellos le rozaban la mejilla, sus hombros estaban presionados contra su pecho. Mientras seguía usando la mano de Jungkook como un agujero para follar, le gruñó en su oreja:
—Tu cuerpo fue hecho para estar contra el mío.
Jin se estremeció.
—Me encanta cómo te sientes detrás de mí.
Jungkook soltó el agarre que tenía sobre él y puso sus manos a cada lado de la cintura de Seokjin. Luego las puso sobre sus caderas mientras Jin se agachaba para seguir disfrutando.
—Me hace muy feliz oírte decir eso, Jinnie, porque estás a punto de sentir mucho más de mí detrás de ti.
Kook empezó a frotarse sobre la grieta de Seokjin y luego se concentró en la imagen que tenía delante de ellos. Bajó un poco las rodillas, y cuando vio la cabeza regordeta y húmeda de su polla aparecer entre los muslos de Jin, Jungkook apretó los dientes para contener el rugido que sentía construyéndose dentro del él.
Oh, joder, esto es tan caliente, pensó mientras repetía el dulce deslizamiento y sentía las pelotas de Jin contra la parte superior de su polla.
—¿Sabes lo que está a punto de pasar aquí, verdad? —dijo ásperamente, metiendo sus dedos resbaladizos por la grieta de SeokJin para sondear su apretada abertura.
Podía ver el pecho de Jin levantarse y bajar mientras continuaba masturbándose y Jungkook empujó la punta de su dedo dentro de él.
—Sí... —Jin se las arregló para hablar, aunque la respuesta era tan baja que Kook estaba agradecido por el espejo por poder leer sus labios.
—Voy a deslizarme dentro de ti. Justo aquí. Y vas a mirar.
Los ojos de SeokJin estaban llenos de desafíos lujuriosos cuando se inclinó hacia el espejo, levantó su brazo para apoyarse, y luego levantaba sus caderas hacia la mano de Jungkook. Cuando su dedo rozó sobre la próstata de Jin, Kook lo vio apretar sus dientes y aprovechó la oportunidad para entrar en él con dos.
—Joder... —gruñó Seokjin y su cabeza cayó hacia adelante mientras Jungkook empujaba sus dedos hasta el fondo, por lo que su palma estaba aplastada contra el pliegue de su culo.
—Sí, Jin. Dios, estás apretado.
Entonces, Seokjin levantó sus ojos para encontrarse con los suyos y el oscuro deseo en ellos hizo que todas las palabras de Jungkook se desvanecieran.
—Lo deseo —dijo Jin, su voz ronca.
—Deseas...
—Esto —exigió, mientras usaba la mano con la que se había estado acariciando para alcanzar entre sus piernas y tocar la hendidura mojada de la polla de Jungkook.
La respiración de Kook vaciló cuando le quitó los dedos, cogió el lubricante y agarró el culo de Jin. Vertió líquido fresco entre las mejillas y luego miró hacia abajo para ver lo que quería. Una vez que había alineado la punta de su erección con el agujero que lo llamaba, levantó los ojos para ver a Jin saboreando el pre—semen que cubría sus dedos.
